Las altas temperaturas en esta quincena de Wimbledon es la causa, según los organizadores de Wimbledon, del mal estado que presentan algunas de las pistas del All England Club, criticadas por un buen número de jugadores que temen poner en peligro su integridad en el tercer grande de la temporada.

"La preparación de los pistas ha sido exactamente la misma, con el mismo estándar meticuloso de años anteriores. El césped es una superficie natural y es habitual que las líneas de fondo empiecen a mostrar señales de desgaste varios días después del comienzo", ha sido el comunicado oficial del torneo, después de que voces tan importantes como la de Andy Murray y Roger Federer se escucharan.

Cerca de una docena de jugadores, el último el israelí Dudi Sela, se han retirado este año, aduciendo lesiones. Los patinazos, resbalones, caídas y raspaduras con el césped británico llenan las páginas de los periódicos.

"La pista central no está en tan buenas condiciones como en años anteriores", advirtió Murray, defensor del título. "La hierba no está unida y está como muerta", añadió Federer. "Cambia de color y ese pedacito puede ser resbaladizo. Posiblemente este año es peor que otros, pero porque ha sido extremadamente caluroso. No es una buena señal", añadió el siete veces ganador.

De todas ellas, la número 18, recordada siempre porque en ella se dio el partido más largo del torneo, de once horas y cinco minutos (en tres días) entre el estadounidense John Isner y el francés Nicolas Mahut en 2010, es la que presenta mayor deterioro, con las líneas de fondo casi invisibles, y enormes calvas que van creciendo a medida que pasan los días.

El luxemburgués Gilles Muller, que se enfrenta a Nadal en octavos, dijo al respecto que jamás la había visto en peores condiciones. "Me entrené la pasada semana en la 18 y pensé, la hierba no tiene buen aspecto en esta pista, no está en condiciones. Quizás es el calor de la semana pasada, pero los botes no son los correctos. Creo que está mas lenta", dijo.

La británica Laura Robson también criticó que la tradicional rapidez de las pistas se había transformado en lentitud, mientras que Kristina Mladenovic agradeció no haber caído lesionada cuando cedió ante la americana Alison Riske. "No queda césped", dijo la francesa.

El británico Jamie Murray añadió que el tema de las pistas está siendo comentado en los vestuarios, porque su estado es diferente y se nota en el momento que se pone un pié en ellas. "He jugado aquí durante años y nunca las he visto así", señaló.

"El césped es bastante peligroso a veces. Especialmente a medida que pasa los días, hay menos hierba y más polvo, tierra o lo que sea", dijo por su parte la rumana Sorana Cirstea, que vio como su rival, la estadounidense Bethanie Mattek Sands se torcía la rodilla derecha y lanzaba gritos de dolor en la pista 17.

La suiza Timea Bacsinszky añadió que estaba bastante decepcionada por la calidad del césped este año. "A los pocos días de torneo ya está arruinado, cuando normalmente ves que es después de una semana", apuntó.

"En Queen's es más rápida y resbala más", dijo John Isner, al referirse al torneo que se disputa dos semanas antes de Wimbledon.

"Yo no me he resbalado todavía", dijo por su parte Rafael Nadal, "es verdad que no jugué el pasado año, pero creo que las pistas están en buen estado, similar al de cada año. No veo una gran diferencia", describió el campeón de Roland Garros.

"Es mejor cuando hay sol. Las condiciones son más secas y la pista es más firme. Obviamente es mejor para mi. Siempre es bueno alcanzar la segunda semana, espero que el tiempo continúe como ahora", dijo Nadal.