El gran momento que demostró en el torneo de Roland Garros, que le proporcionó su décimo título en la tierra de París, lo mantiene Nadal en la hierba de Wimbledon. El tenista de Manacor se está mostrando muy superior a todos sus rivales, hasta el punto de que, entre el torneo de París y el londinense, encadena nueva victorias de forma consecutiva sin ceder un solo set. Pero todavía más. De las 26 mangas que se ha apuntado, solo en una, en su último partido ante el norteamericano Donald Young, ha cedido cinco juegos. Es decir, más que ganar, ha arrollado a sus rivales en partidos que se han prolongado una media de poco más de dos hotras.

Desde que comenzara Roland Garros, a finales de mayo, hasta hoy, el dominio de Nadal en la pista ha sido aplastante. A la espera de lo que pueden deparar las próximas rondas en una superficie tan imprevisible como la hierba, en la que el mallorquín está expuesto a la fiabilidad de un buen sacador, Nadal no ha mostrado fisuras en su juego; al contrario, se ha mostrado pletórico tanto ante el australiano Millman como el miércoles contra el norteamericano Young. Con un servicio de primer nivel, Nadal se ha aplicado como pocas veces en el juego de hierba. No se le recuerda un juego tan ofensivo como el que está ofreciendo en el verde del All England Club, con continuas subidas a la red.

De los 26 sets ganados en los últimos nueve partidos -su última derrota se remonta al 19 de mayo en los cuartos de final de Roma ante el joven austriaco Dominic Thiem-, ha endosado tres 'roscos', dos a Basilashvili y otro a Thiem, en siete parciales solo ha cedido un juego y en seis dos, unos números que lo dicen todo sobre su gran momento.

La historia, que también cuenta, refleja que las dos veces que Nadal se ha impuesto en Wimbledon, 2008 y 2010, lo hizo después de conquistar Roland Garros sin ceder un set. Como ahora. No quiere decir nada, pero, como en aquellos dos años, al campeón de quince grandes se le ve sobrado de confianza, que se refleja en su juego sobre la pista. No duda, no da opciones a sus rivales y se ve capaz de ganar a cualquiera.

Hoy juega en partido de tercera ronda ante el ruso Karen Khachanov, un jugador ante el que nunca se ha enfrentado y que no debe suponer un obstáculo para que se meta en octavos de final y, porqué no, de nuevo sin ceder un set. Ahí, si la lógica se impone, se las vería con el cañonero Gilles Muller, que resulta muy peligroso si tiene un día inspirado. De momento Nadal ha cedido solo 17 juegos en Wimbledon, una señal inequívoca de su gran momento.