Tras oficializar el Atlético Baleares que no se renovaba los contratos de los delanteros Louis Robles y Luciano Becchio, así como el del central David Prieto, ahora le toca el turno al carismático lateral diestro Joan Vich Caldés (Palma, 1983).

El veterano futbolista mallorquín, icono de la afición blanquiazul por su entrega y por lo que representa como ejemplo de superación personal, ha sido 'cortado' por Patrick Messow, director deportivo del club, que ha comunicado al palmesano que su ciclo como jugador había terminado, aunque le abre las puertas a su incorporación en el organigrama técnico de la entidad una vez que decida colgar las botas.

"El club le daba largas a mi representante por el tema de la renovación", explicó Vich, que ya tenía la mosca detrás de la oreja. Sobre todo por la injustificada suplencia a la que se vio sometido con la llegada de Josico cuando era titular indiscutible en el costado derecho de la defensa. "No podré cumplir mi sueño de ser centenario jugando con el Atlético Baleares, ya que me he quedado en 98 partidos vistiendo de blanquiazul", reconoció el defensa, triste por la decisión del club de prescindir de sus servicios. Además, ya no podré jugar en el Estadio Balear", indicó, aunque para nada se plantea dejar el fútbol. A sus casi 34 años -los cumple este próximo lunes- y tras cuatro temporadas defendiendo los colores del Baleares, sus subidas por el costado derecho, su imponente físico, su llamativa barba y su carisma dejarán de ser reclamo para los aficionados de un Atlético Baleares que en su 75 aniversario ha perdido a uno de sus símbolos, el de la superación hecha jugador de fútbol.

Esteban, sin noticias

Con una emotiva carta de despedida, Vich dijo adiós a una afición que de forma directa y sincera manifestó en la jornada de ayer, a través de las diferentes redes sociales, su incredulidad y sorpresa por la no continuidad del carismático y apreciado futbolista.

De hecho, en la misma situación que el propio Vich se podría encontrar uno de los capitanes del primer equipo, Esteban Muñoz. Casi de la misma generación, a sus 32 años acaba también contrato el próximo 30 de junio y aún espera que le comuniquen algo desde el club. Y no es el único.