El Ca’n Ventura todavía respira. El técnico Marcos Dreyer mantiene las esperanzas de que el club no desaparezca y, aunque el plazo para inscribir al equipo en la Superliga termina hoy, espera que la Federación Española conceda un prórroga que ayude a encontrar los apoyos necesarios. La intención es la de cubrir un presupuesto de unos doscientos mil euros, con los que el vigente campeón de la Superliga y de la Copa del Rey podría subsistir en la elite del voleibol nacional.

El brasileño se muestra prudente, aunque no esconde su ilusión por evitar el desastre. “Estoy teniendo muchas reuniones y espero que, al final, todo vaya bien. Eso es lo que me gustaría”, afirmó ayer a DIARIO de MALLORCA. Dreyer incluso conversó ayer con Damià Seguí, que por motivos de salud se vio obligado a anunciar la pasada semana que abandonaba el exitoso proyecto del Ca’n Ventura. “Prefiero no contar nada hasta que todo lo tenga seguro”, subrayó Dreyer cauteloso.

El sudamericano está buscando debajo de las piedras para encontrar el dinero suficiente para que el proyecto, aunque en todo caso más modesto que el de la pasada campaña, sea una realidad. La marcha de Seguí fue un golpe muy duro. Y es que al hombre fuerte en su día del Son Amar y las últimas temporadas del Ca’n Ventura no le acompaña la salud, y con 82 años de edad, ha recibido el aviso de los médicos de que su cuerpo no está en condiciones de soportar más estrés, tensiones y ansiedad como las que ha debido soportar las últimas campañas.

Seguí trasladó al también director deportivo la opción de seguir con el equipo, aunque ya sin contar con su importante apoyo económico y renunciar al uso del nombre de Ca’n Ventura. “Ahora pasa el testigo a quien sienta pasión por el voleibol y energía para continuar con esta labor”, incluía la nota oficial del Ca’n Ventura. Pues en esto está Dreyer, que espera dar buenas noticias en las próximas horas. “O eso espero”, subrayó.