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Opinión

Ronaldo no defrauda

Ronaldo no defrauda Reuters

Empiezo este artículo clarividente al mismo tiempo que se inicia el partido. Escribo desde la convicción absoluta en una victoria del Madrid. Si la final se disputa contra otro equipo, peor para los italianos. De fallar el pronóstico, no enmendaré tramposo el texto, y el rastreo informático permitirá comprobarlo. Simplemente, acumularé la equivocación a la desolación.

Siempre es mejor leer esto que ver los prolegómenos de festival de Eurovisión del encuentro. En el juego de los parecidos razonables, Marcelo contra Alves. O Higuaín contra Benzema, en la categoría de los pesados. La Juve es como jugar al fútbol contra el muro de Donald Trump. Te entregan el balón, pero no te permiten atacar más allá de una parodia pedestre del balonmano. (Ustedes ya han visto el gol de Ronaldo, pero este texto todavía no ha llegado al momento de dicha).

Ronaldo no defrauda. Marca en el hueco de una décima de segundo que facilita el primer disparo a puerta del Madrid. El portugués se iguala a Messi en el comportamiento fiscal y futbolístico. Si necesitan un contrapunto crítico, Ronaldo es también la única opción letal de los ayer violáceos. No sé qué pasará, ya saben que no hago trampa, pero los madridistas se comportan como si ya pudiera procederse a la entrega de trofeos.

Si están buscando el párrafo en que se habla del empate, han llegado a buen puerto. No dramatizaré. Keylor Navas frustró el fichaje de De Gea con la parada del siglo, y a continuación se deja marcar un tímido gol de espaldas que ni siquiera corresponde a una chilena ortodoxa. Que lo devuelvan. ¿Acaso el portero madridista se ha confabulado para que este artículo premonitorio de hoy envuelva las sardinas del día anterior?

Con el empate, el Madrid se queda lívido por amoratado, a juego con su equipaje. Volver a empezar. Me siento obligado a certificar de nuevo mi confianza ciega en las propias posibilidades, ahincada por la indiferencia absoluta hacia el rival. En realidad, el empate al descanso casi me impulsa a volver a empezar el artículo. Ni hablar.

A estas alturas, el problema es que los madridistas sufren atacando y los italianos disfrutan defendiendo. Paradójicamente, su único punto débil son los saques de puerta cortos de Buffon con el pie. Por supuesto, Benzema no nació para perseguir a un portero. El resto es fútbol a larga distancia. Imposible para el fondo de Isco, que equivale a incrustar un arabesco en un edificio Bauhaus. Casemiro en cambio se encuentra a gusto, otra mala noticia para el Madrid. (Recuerden que no sé qué sucederá en la segunda mitad).

Tras el descanso se advierte un calentamiento global del partido, con incipientes resquebrajaduras en el Muro de Turín. Así hasta el gol de Casemiro, desviado como el primero por un defensa pero que delata la edad de Buffon. Me equivoqué, pero a favor del Madrid. Remata matador Ronaldo. El futuro se llama Asensio. Cuatro a uno.

Dos docenas de libros sintetizan la filosofía de Guardiola. Un cuadernillo compendiaría todas las declaraciones de Zidane. Y sin embargo, reúne dos Champions en menos de dos años. Enderezó el rumbo y lo mantuvo. Calla y gana. No sigue el patrón de los hombres adecuados, sino de los imprescindibles. El experimento de este artículo ha triunfado. Debo decir algo en mi contra. Era demasiado fácil.

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