El Mallorca ha malgastado una bala y puede que se haya quedado sin munición en su lucha por evitar el descenso a Segunda B. Y lo ha hecho cuando todo lo venía rodado. Un ambiente de lujo, la mejor entrada del año en Son Moix, saliendo al campo después del favor del equipo de Martí, el Tenerife, que derrota a un rival directo como el Alcorcón y conociendo que el Girona se adelanta al Nàstic en el minuto uno. En esos momentos, el Mallorca estaba a un solo gol de lo que parece ya imposible: salir de la zona de descenso.
Nada de eso ha acontecido. Los de Sergi han sido incapaces de perforar la portería del Numancia, pero en 94 minutos solo ha habido dos remates claros de gol. Uno de Lago en el inicio y el de Lekic a dos del final. Y eso es muy poco. Y para más inri el que remonta es el Nàstic que acaba ganando 3-1 y se sitúa tres puntos por encima del Mallorca con seis por jugar. ¿Alguien cree en el milagro?
El Atlético Baleares hace los deberes
Brillante trayectoria en el tramo final del equipo de Josico que, después de clasificarse para el play off de ascenso, no ha desaprovechado la oportunidad que se le presentaba. El 1-0 era un extraordinario resultado ante un equipo que solo en cuatro ocasiones había conseguido ganar por más de dos goles. Al Toledo se le puso el partido de cara muy temprano, pero los hombres del equipo palmesano no perdieron la compostura y supieron esperar su oportunidad. El primer gol de Luciano Becchio fue un mazazo para los castellano manchegos, que ya no pudieron recuperarse. El nuevo tanto, que además dio la victoria al Atlético Baleares, fue el golpe final a un equipo que estaba ya KO.
El club de la Vía de Cintura se enfrenta ahora a otro gran rival, porque todavía no hay nada hecho. Quedan por superar dos eliminatorias, pero cuando un equipo está en una dinámica tan positiva como esta no hay rival que se le resista, aunque el oponente sea un campeón de grupo como el Albacete. Habrá que ver qué depara la eliminatoria pero la afición blanquiazul intuye que en el año de una efeméride como es el 75 aniversario del club, se puede hacer historia y jugar la próxima temporada en una categoría profesional del fútbol español. El proyecto de Ingo Volckmann se lo merece, pues ha hecho las cosas muy bien.
El deporte balear ha de salir de la isla
En el ámbito polideportivo parece que volvemos a años atrás y no precisamente a los buenos tiempos, sino todo lo contrario. En el voley isleño lo que habían sido dos pasos adelante han acabado siendo un empujón hacia atrás desmoralizante por aquello del vil metal.
El Voley Cide femenino ha tenido que renunciar a jugar la Superliga porque no ha podido conseguir el dinero necesario para afrontar la competición con un mínimo de garantías de salir adelante. La aportación que tenía de su anterior patrocinador no le basta para dar el salto. Eso se une el recorte que supone la decisiva ayuda que prestaba Air Europa al deporte balear, que cubría un importantísima parte del presupuesto de viajes.
Algo parecido le ha pasado al Can Ventura, que tras ganar Liga y Copa del Rey no va a jugar la Superliga Europea por el mismo motivo. Le falta dinero para el presupuesto. Damià Segui ha arrojado la toalla.
Conclusión, los deportistas baleares se quedan en la isla, o como mucho en la península. Mientras, a los políticos, esos que aparecen rápidamente para hacerse la foto con los equipos campeones no se les ocurren ideas para solucionar este déficit que tenemos en Balears. Iniciativas como hacer una ley de mecenazgo en el deporte, para conceder incentivos fiscales a las empresas que apoyen al deporte han sido barajadas, pero nunca más se supo de ellas. No sé para qué nos sirve tanta gente en la nómina pública de las áreas deportivas de las instituciones si no tienen ninguna iniciativa.
