El conjunto balear más laureado de la historia sigue ampliando sus vitrinas. El pasado domingo el Espanya levantó su octava Liga Elite y se convirtió, nuevamente, en el mejor equipo español de hockey línea de la temporada.

Detrás de esos ocho campeonatos reside un club ejemplar. Desde su presidente, pasando por entrenadores, jugadores y todos esos niños que desde los tres años se calzan los patines y se arman con una pesada indumentaria, stick en mano, para, en la mayoría de los casos, seguir la tradición familiar. Porque además de ejemplar, el Espanya HC es un club tradicional. Uno de los actuales entrenadores del primer equipo, Albert Tomás, que sigue acumulando minutos también como jugador, comparte vestuario con sus dos hermanos, Andreu y Josep, y los tres, a su vez, siguen los pasos de su padre, jugador también del Espanya HC. "Desde los tres años siempre iba a ver a mi padre disputar partidos y pasaba los ratos libres jugando. Mis hermanos me vieron metido en este mundo y también se engancharon. Al final toda la familia está vinculada y es un placer poder compartir esto con ellos", relata.

Allá por 1971, el actual presidente de la entidad, Mateu Martorell, fundaba las bases del club. Desde entonces los pasos adelante han sido continuos, en ocasiones tambaleantes, pero siempre ininterrumpidos. En el año 94 el Espanya decide formar la sección de hockey línea y en el 2000 se proclama, por primera vez en su historia, campeón de España.

Pero más allá de su envidiado palmarés, si de algo puede presumir el Espanya HC es de su extensa cantera. Tras muchos años de trabajo, han conseguido configurar varias escuelas por toda la isla, gestionadas por el propio club y dirigidas por varios miembros del equipo. "Actualmente somos la combinación perfecta entre veteranía y juventud. Unos ponen la cabeza y otros aportan fuerza, ganas y ambición. En el conjunto élite contamos con una remesa de cuatro jugadores junior que juegan incluso con la Selección y que aportan cosas diferentes al equipo", explica Guillermo Obrador, compañero de Tomás en el banquillo y todo un histórico del conjunto mallorquín. "Ahora mismo contamos con más de 200 fichas repartidas entre todas nuestras escuelas. Tenemos sedes en Palma, Son Rapinya, el Coll, Inca o Ariany", aclara Obrador.

En 1996 se puso de moda el patinaje en línea y hubo un boom de equipos de hockey en la isla. Fueron muchos los clubs que se fundaron en aquellos años pero pocos los que consiguieron sobrevivir. Fue en esa época cuando los palmesanos empezaron a destacar a nivel nacional. Llegar a la cima fue complicado, sobrevivir en ella, una misión imposible.

Martorell bombea el club

"No tenemos casi ayudas y las que nos corresponden por parte de las instituciones públicas llegan mal y tarde. El patrocinio de Air Europa es casi testimonial y el resto de sponsors hacen lo que pueden. El único que bombea este club es su presidente y si algún día nos falta, mucho me temo que será el fin del Espanya". Así de tajante se muestra Obrador al referirse al futuro del conjunto mallorquín. Pese a contar con el mejor palmarés de Balears, el Espanya sobrevive sin deber nada a nadie. Mentira, debiéndole todo a su presidente. "He sufrido mucho este año con algunos partidos pero al final los chicos me han hecho disfrutar con la Liga y eso no hay dinero que lo pague. Llevo muchísimos años y voy a seguir aquí siempre que pueda", confiesa Martorell, a quien el Espanya y el hockey le han dado la vida.

"Ha sido un año muy bueno. Hemos llegado a todas las finales de las competiciones en las que hemos participado, hemos quedado segundos en dos y hemos ganado la Liga. Podemos estar muy contentos. Perder la final de la Copa fue lo más decepcionante, creíamos que podíamos ganarla. Llegar a la final de la Copa de Europa fue un lujo y nos sentimos muy orgullosos", resume Jean Paul Bejarano, actual capitán de la plantilla. El Espanya cierra una temporada más desde su particular anonimato. Haciendo deleitarse a los suyos y pidiendo poco a quienes no saben disfrutarlo.