Cata Coll (Pòrtol, 2001) lleva toda una vida ligada al fútbol, más concretamente al fútbol entre los tres palos. El Sant Marçal la vio crecer durante ocho años, el Cide y el Marratxí, consolidarse. En su último año, en el Collerense, ha dado a conocer su lado más maduro.
El pasado 14 de mayo logró la medalla de plata en el Europeo de la República Checa ¿Orgullo o decepción?
Al principio sentí mucha decepción. No era lo que deseaba ninguna compañera de la Selección, pero a mediada que van pasando los días te vas sintiendo cada vez más orgullosa de ella y acabas cogiéndole cariño.
Plata en el Europeo de Bielorrusia, bronce en el Mundial de Jordania... No llega el oro.
No hay manera (ríe). Se está resistiendo, pero confío en que algún día pueda llegar a conseguirlo.
Acabó la temporada con el Collerense. ¿Se le puede pedir algo más a esta temporada?
Creo que mucho más. Con el Collerense empezamos muy bien la temporada, terceras en la clasificación, pero algunas compañeras se fueron y el nivel bajó. Perdimos partidos que nunca teníamos que haber perdido y eso se notó en la clasificación. A nivel individual estoy bastante contenta con la temporada que he hecho.
Se trataba de su primer año en el Collerense. ¿Y el último?
El Collerense me lo ha dado todo y me encantaría seguir una temporada más, pero si llegan ofertas de fuera, tampoco creo que me lo pensara mucho. No dejaría pasar la oportunidad.
¿No lograr el objetivo del ascenso a Primera División ha sido una decepción?
En estas categorías ascender es muy difícil y descender es muy fácil. Es cierto que el principal objetivo era volver a Primera pero si este año no ha podido ser, habrá muchas más oportunidades de conseguirlo seguro.
¿Se adaptó fácilmente al nuevo vestuario?
La verdad que la adaptación fue facilísima. Parecía que llevaba años jugando en esa plantilla. Es un grupo muy bueno y no he tenido ningún roce ni ninguna pelea con ninguna de las compañeras. Me hicieron sentir muy cómoda desde el primer día.
En Son Caulelles empezó todo con el Sant Marçal. ¿Qué recuerdos le trae este campo?
La verdad que todos son buenos recuerdos, ganamos muchas ligas y aunque también sufrimos mucho en algunos partidos, todo lo que recuerdo es bueno. Siempre que vengo la gente me acoge muy bien, como si no me hubiera ido.
¿Por qué el fútbol?
Empecé practicando tenis, pero todos mis amigos en el colegio jugaban a fútbol y al final acabé cayendo. El padre de uno de mis mejores amigos era entrenador del Sant Marçal y un día decidí venir a probar y de aquí ya no me sacaron.
¿Y por qué portera?
Hasta alevín de primer año siempre fui jugadora de campo. De pequeña siempre me había llamado la atención la portería pero como en mi posición cumplía, nunca intenté probarlo. Cuando empecé a jugar de portera me adapté súper rápido a los tres palos y en mi segundo año ya me llamó la Selección Balear, así que las cosas, más o menos, las hacía bien
¿Cómo es su día a día?
Acudo al centro de Alto Rendimiento de Príncipes de España. Tengo clases de 8 a 11, luego hay tiempo para entrenar y comer y de 3 a 5 vuelvo a clase. Cuando salgo me voy a entrenar con el Collerense, aparte realizo entrenamientos como guardameta con un técnico específico, Pablo Roca.
¿Qué nivel tiene Balears con respecto a España?
Hay un poco de todo. En Segunda División el nivel de los equipos mallorquines es bastante bueno, pero si te vas a las ligillas de autonómica o regional, a veces la diferencia entre los equipos que están arriba y los que están abajo es muy grande. Eso hace que luego los partidos no sean lo vistosos que deberían ser.
¿España está haciendo los deberes en Europa?
Se ha dado un paso gigante en los últimos años. A nivel de clubs aún hay mucho trabajo por delante, pero con las selecciones se están consiguiendo muy buenos resultados en los últimos tiempos. Alemania sigue siendo el rival a batir pero vamos avanzando.
¿Envidia a futbolistas como Virginia Torrecilla o Mariona Caldentey que, con 17 o 18 años, hicieron las maletas?
Muchísimo. Es una envidia sana de poder llegar un día donde ellas han llegado. Han cumplido su sueño, pero es el mismo sueño que tengo yo.
¿Condiciona algo jugar en una isla?
Condiciona mucho. Es cierto que en los últimos años ha habido muchas mallorquinas que han conseguido fichar por grandes equipos pero lo cierto es que aquí no van a venir a buscarnos. Somos nosotras las que tenemos que aprovechar las oportunidades como los Nacionales de autonómicas para darnos a conocer.
