El Atlético Baleares cumplió de sobra con su cometido y superó en Son Malferit a un Toledo que fue el fiel reflejo de que en el fútbol quien perdona la paga. El cuadro de Onésimo buscó el marco contrario desde el pitido inicial, llevó la iniciativa en el juego y por momentos fue mejor que los blanquiazules. Pero el gol lo marcó Malik, un jugador de equipo con mayúsculas. El gol de su vida que bien puede valer un pase a la siguiente ronda, aunque todavía queda el partido de vuelta.

El equipo de Josico controló las embestidas de un Toledo que asumió de salida su rol de ser el que llevase la iniciativa en el juego. El esférico fue asunto de los castellano-manchegos. Otra cosa fue su efectividad, una tara ayer magnificada. Con argumentos ofensivos de peso, el equipo de Onésimo empezó a coleccionar ocasiones de gol. De hecho, Canario protagonizó una acción eléctrica por la banda derecha que acabó con un pase de la muerte que Fullana abortó cuando Lolo Pla tenía la pierna preparada para rematar. Y precisamente a Pla le faltó nada para precisar el remate en el centrochut de Adrián. Tampoco tuvo suerte Pablo González, al que la portería se le empequeñeció tras quedarse solo ante Aulestia. Pasaban los minutos y, pese a la insistencia toledana, el marcador no se movía. Hasta que Malik desniveló la balanza. Un chut de Kike López se estrelló en las piernas de un defensor y se convirtió en un balón muerto en el semicírculo del área. Malik se la encontró y no se lo pensó: un zapatazo digno de ser visto una y otra vez, por la espectacularidad y precisión del remate, que limpió las telarañas de la portería de Alcolea que se estiró lo imposible pero nada pudo hacer. Golazo.

El Toledo agudizó su dominio en la segunda parte, aunque el repliegue voluntario de los blanquiazules también ayudó. Los de Onésimo tuvieron opciones para empatar. Entre ellas un disparo de Castro que se estrelló en el larguero y que indudablemente pudo cambiar el signo de la eliminatoria. Ayer no era el día de un Toledo que al final dio gracias por acabar 1 a o. Y es que Becchio tuvo el segundo en su cabeza tras un magistral centro de Julio Delgado.

La eliminatoria está abierta, aunque con tinte blanquiazul.