Un premio para el atlético baleares
El Atlético Baleares está a las puertas de lograr todo un sueño: ascender a Segunda División después de un final de Liga de infarto en el que ha entrado en el play off en la última jornada. Ayer se impuso al Alcoyano, que se mostró más combativo de lo esperado en algunas fases, y ha de agradecer que el Levante B pasara por encima de un Badalona que lo tenía más fácil, aunque el filial granota también se jugaba continuar en la categoría. Los de Josico han hecho un final de temporada extraordinario y ahora la tarea del ex del Albacete es ilusionante porque jugar en la categoría de plata del fútbol español sería un superpremio. No será fácil. Hay que superar tres eliminatorias, pero visto lo visto a nadie le sorprendería que pasara. Los rivales, por ahora, son el Racing de Santander, Pontevedra, Celta de Vigo B, Toledo, Fuenlabrada, Majadahonda, Murcia, Vilanovense, Cartagena, Valencia B y el Alcoyano de ayer. A estos se sumarán los dos campeones de grupo que queden eliminados de su ronda de ascenso directo. Toda una pléyade de equipos históricos que nos demuestran que la tarea es harto complicada. Los aficionados más socarrones del equipo de la Vía de Cintura ya sueñan con un ascenso de su equipo a Segunda y con el eterno rival, el Mallorca, hundido en Segunda B.
Castigo a la indolencia
Los milagros en fútbol escasamente se dan, pero está bien que los jugadores no arrojen la toalla mientras haya algo de vida, aunque el aficionado de a pie tiene ya muy pocas dudas de lo que le espera al Mallorca el próximo año. Mantenerse en Segunda para los bermellones pasa por ganar los cuatro partidos que restan y esperar los resultados de unos rivales que se aferran más a la categoría que el equipo de Sergi. El Almería, el Córdoba y el Alcorcón ganaron sus partidos a base de casta. Hasta el Nàstic y el UCAM Murcia lograron un empate pese a ir perdiendo, el primero por 0-2 en el descanso, mientras que los murcianos igualaron a cero pese a jugar con diez durante 75 minutos. Los que seguimos el partido del sábado vimos que fue un equipo contemporizador con el resultado, que especulaba con el empate como si ello fuera suficiente. Una actitud así no merece premio alguno, al contrario. Y el peor castigo en fútbol es perder.
El Almería, una final de cuatro puntos
El Mallorca está sumido en la angustia de ganar sí o sí en la próxima jornada al Almería. Un partido que le permitiría reducir a tres la desventaja con este rival a falta de tres partidos y con el premio extra de adelantar a los andaluces en el golaverage. La victoria no garantiza absolutamente nada, pero el empate o la derrota ya son el pasaporte definitivo a una categoría no profesional del fútbol español, a falta de la certificación matemática que llegará más tarde. Los optimistas se aferran a que tres de los cuatro partidos que quedan han de disputarse en Son Moix, pero los que miran más los números ya no recuerdan cuántos años hace que el Mallorca no encadena cuatro triunfos.
Nombres propios
La semana ha tenido otros nombres destacados. En el apartado futbolístico, hemos visto el retorno al fútbol de Serra Ferrer, quien reingresa en su amado Betis. El pobler habrá olvidado su amargo último paso por el Mallorca y emprende una nueva singladura en lo que más sabe, la dirección deportiva. Serra salió tocado de Son Moix, donde sus amistades peligrosas, Cerdà y Utz Claassen, le amargaron la vida y le hicieron dilapidar el prestigio que tenía entre la afición mallorquina.
Otros dos protagonistas han sido Juanito y Vadillo. Han sido, y el segundo puede que siga siéndolo, parte de la historia de este Palma Futsal que se ha hecho grande entre los grandes de este deporte. Merecen un reconocimiento por ello.
