Calmada, serena, relajada... Amalia Matas (Palma, 1988) es el claro ejemplo de que, en ocasiones, un parón es necesario para regresar con más fuerza. Abandonó el billar con 24 años, quemada por todo lo vivido. Regresó al cabo de tres, con una mentalidad totalmente renovada. Desde entonces ha mostrado su mejor versión.
-Deportivamente hablando. ¿se encuentra en su mejor momento?
-Creo que sí. La verdad es que llevo quince años de competición y los dos últimos, trabajando mucho el aspecto mental y el psicológico. Creo que, hoy por hoy, me encuentro en mi nivel más alto en quince años.
-¿Cuánta importancia tiene el aspecto psicológico en este deporte?
-Yo le daría un 90%. Más o menos un 10% es práctica, entrenamiento, competición? Y el otro 90 es más cabeza. Al final creo que es la cabeza la que te permite o no llegar a según qué fases de los torneos, cuartos, semifinales, final?
-¿Es fácil trabajar la cabeza en medio de un torneo importante?
-No, creo que es el aspecto más difícil. Al final, hay pocas personas que le den la importancia que realmente tiene porque, al ser algo poco tangible, la gente no sabe si funciona o no. Con el paso de los años, cada vez te vas dando más cuenta de lo que afecta a tu trabajo, tanto positiva como negativamente.
-¿Esperaba resultados tan positivos durante el Campeonato europeo?
-Para nada. Durante catorce años compitiendo siempre he seguido el mismo patrón o, más o menos, he ido haciendo lo mismo. Este año quise dar la vuelta a todo. Entrenar menos y prepararme más psicológicamente y no fijarme objetivos ni metas como ganar el torneo. Lo que hice fue ir poniéndome objetivos de rendimiento. Empecé a hacer meditación y conseguí dejar la mente en blanco, ese fue mi entreno durante casi un año. He conseguido, en cualquier circunstancia de mi vida, ser capaz de relajarme y dejar la mente en blanco. No ha sido fácil porque han sido muchas horas de entreno, pero llegó un momento en el que lo conseguí hacer de una forma natural. Así que llegué al Europeo sin presión alguna, sin mirar rondas, rivales? Solo intentado cumplir objetivos de rendimiento propio.
-Los resultados llegaron en la modalidad de Bola-10 ¿Una sorpresa?
-La verdad que nunca había conseguido tan buenos resultados en esta modalidad. En Bola-8 y Bola-9 siempre he obtenido mis mejores marcas y fue una sorpresa ganar el campeonato en Bola-10. Pero como iba sin pretensión alguna en ninguna de las modalidades, las cosas salieron como salieron.
-¿Cómo es el día a día en estos torneos?
-Se hacen muy duros y largos. El último fue en Portugal y duró doce días. Juegas un partido, al cabo de dos horas, quizás juegas otro, luego al día siguiente compites en otro. Al final siempre tienes que estar concentrada y no desviarte nunca del lugar donde te encuentras. Por suerte, con el resto de españolas me llevo bien. Hay, además, una compañera mallorquina y eso ayuda a que el torneo se haga menos pesado.
-¿Hizo alguna preparación especial para el Campeonato?
-Entrené muy poco, sinceramente. También porque trabajo mucho y tampoco quiero quemarme o forzar la máquina. Yo no vivo de esto y tampoco quiero hacer algo que no me apetece si estoy cansada. Hago todo para disfrutar y si no lo disfruto, paro. Ya me quemé en su día y no quiero que me vuelva pasar lo mismo.
-¿Los billaristas se preocupan por la alimentación y por el entrenamiento físico?
-Hago deporte, natación, voy en bicicleta, salgo a correr? Hago lo que me apetece en cada momento y en cuanto a la alimentación, intento cuidarme lo máximo. No llevo una dieta estricta, pero tampoco me pongo a comer cualquier cosa.
-¿Tiembla el pulso en la última bola de la última ronda?
-Temblaba. En el momento en el que trabajas el miedo y según qué otros aspectos, todo desaparece. Siempre hay algo de tensión, pero la realidad es que si trabajas los nervios, logras desconectar y no le das a esa bola la importancia que quizás tiene. Eso hace que no te tiemble el pulso en determinados momentos.
-¿Existen jugadoras profesionales féminas en España? ¿Y hombres?
-Mujeres no hay ninguna, hombres puede ser que haya dos o tres, pero tampoco muchos más.
-Con 24 años hizo un parón en su carrera como billarista ¿Qué le pasó?
-Me agobié y dejé de disfrutar. Fueron muchos años en los que si ganaba, era lo normal, si perdía ¿por qué había pasado? Dejé de disfrutar, la competición perdió su sentido y llegó un momento en el que no me servía ni ganar ni perder, era frustración siempre, fue entonces cuando decidí no jugar más. Vendí los tacos, vendí todo y desaparecí de este mundo.
-¿Qué le hizo volver?
-Estuve casi tres años sin tocar un taco. Un amigo me convenció para ir a echar una partida, de colegueo, y al volver a coger el taco, volví a sentir lo que había sentido cuando empecé en este deporte. Me di cuenta de que realmente era mi pasión. Y me dije: "Bueno, vamos a darnos otra oportunidad pero con una mentalidad totalmente distinta". Y empecé a buscar información sobre técnicas de concentración, meditación? Y eso es lo que hizo que empezara a tomarme este deporte de una forma totalmente diferente a como lo había vivido hasta el momento. El budismo me ha devuelto parte de esa ilusión.
-¿Hasta cuándo va a seguir jugando?
-Sinceramente, antes de ir al Campeonato de Europa, hablé con mis padres porque estaba planteándome hacer otro parón. Me apetece viajar, conocer mundo, otras culturas? Pero ahora, tras el Europeo, me lo he replanteado y voy a seguir un poco más, creo que estoy en un momento bueno y debo aprovecharlo.
-¿Qué campeonatos tiene en mente?
-Más o menos a mediados de mayo competiré en el Eurotour femenino y unos días después tengo un campeonato por equipos en Portugal. En junio es el Campeonato de España femenino y, pasado el verano, el Campeonato del Mundo de Bola-8, hasta ahí creo que estaré por las salas, luego ya se verá.
