Llegó la temporada de tierra y Rafel Nadal no ha faltado a su cita con los títulos. Un año después de alzar el último trofeo, en el Godó, el tenista mallorquín revalidó el título obtenido en Montecarlo el pasado año, el décimo de su palmarés, toda una gesta que no ha alcanzado nadie en la Era Open, desde 1968.

El campeón del primer Masters 1.000 de la temporada sobre tierra ve su fase predilecta del curso como una gran oportunidad para incrementar su palmarés. Nadal ha llegado pletórico física y mentalmente a la temporada sobre arcilla, que tiene su continuidad a partir de mañana en el Barcelona Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, donde también aspira a su décimo título. "El objetivo es mantener un nivel alto, sin lesiones", dijo ayer en rueda de prensa en el Godó. "A partir de ahí, habrán días mejores y peores, pero necesito estar sano, es vital. Sin eso no hay nada positivo", manifestó el de Manacor.

A la ausencia de problemas físicos, que tanto le han atormentado a lo largo de su carrera, Nadal ha de contar con que los dos mejores jugadores del circuito, el escocés Andy Murray -presente en Barcelona tras cinco años de ausencia- y el serbio Novak Djokovic están lejos de su mejor nivel en este primer tramo del curso. Lo corroboraron en el reciente Montecarlo donde cayeron en octavos y en cuartos de final, respectivamente. Ausente también Federer, el auténtico dominador del curso con la conquista de tres títulos, el camino se allana para Nadal, aunque bien es cierto que siguen quedando rivales de enjundia como Zverev, Kyrgios, Raonic, Thiem o Wawrinka, entre otros, que en un mal día le pueden dar un disgusto.

Nadal, que por su victoria en Montecarlo se ha embolsado un talón de 820.335 euros, asistió ayer, junto a Marc López, con el que ganó el oro de dobles en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, a una sesión fotográfica conmemorativa del 25 aniversario de Barcelona´92, en la que también participó Antonio Rebollo, el arquero que encendió el pebetero en la inauguración del evento.

Su visita el Estadio Lluís Companys fue el primer acto de Nadal previsto para ayer en la capital catalana con motivo del Godó. "He hecho un gran inicio de temporada, he tenido opciones para ganar en todos los torneos que he disputado y ahora llego a Barcelona tras ganar Montecarlo; estoy donde quería estar", subrayó después en rueda de prensa.

En el Principado, barrió en la final a su compatriota Albert Ramos (6-1 y 6-3), en un partido casi perfecto. "Margen de mejora siempre hay, porque si no esto sería muy aburrido, pero lo hice casi todo bien: golpeé bien la derecha y el revés, subía a la red, me moví bien y saqué mejor de lo habitual", destacó.

Ahora, intentará mantener "ese nivel de exigencia física y mental" en Barcelona y después extenderla a Madrid y Roma, los torneos previos a Roland Garros. Nadal entrenó por la tarde en las pistas del RCT Barcelona-1899, pero solo para "tocar un ratito la pelota y soltar el cuerpo", precisó.

Será hoy cuando prepare, en serio, su estreno en el Barcelona Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó 2017, que se producirá mañana miércoles, con el ganador del partido entre el argentino Renzo Olivo y el brasileño Rogerio Dutra Silva.

En el abierto barcelonés, defenderá el título ante algunos de los mejores especialistas de esta superficie y también con el número uno del mundo, el escocés Andy Murray. El de Dunblane, falto de competición tras caer en su debut en Indian Wells y en octavos de final del abierto monegasco, ha decidido jugar el Godó cinco años después de su última participación. "En las últimas horas, los cuadros de los torneos acostumbran a empeorar y éste, en cambio, ha mejorado. El torneo ha ganado, a última hora, a dos jugadores de gran nivel, como Murray y (Alexander) Zverev, y ha perdido uno como (Kei) Nishikori", valoró Nadal.