Segundo empate consecutivo y segunda ocasión perdida para acercarse a las posiciones que dan opción al ascenso a Segunda A. Los blanquiazules se estrellaron de nuevo ante un equipo que plantó cara y que a punto estuvo de darle un serio disgusto. Hubo ambición pero falló la puntería en un equipo que también tuvo ocasiones durante el partido pero no lo supo reflejar en el marcador.

El duelo ya empezó con muchos nervios por parte de los dos equipos y por la necesidad de conquistar los tres puntos. Fueron los valencianos los que intentaron controlar el ritmo del juego y la posesión del balón. Mientras, el Atlético Baleares se defendía con mucho orden y su portero apenas pasó por apuros en los primeros compases del encuentro.

A medida que fueron avanzando los minutos, la tensión aumentó. Así, el local Óscar y su entrenador fueron expulsados en el minuto 20, por lo que el Atlético Saguntino jugó a partir de entonces con inferioridad numérica. Una circunstancia que no supo explotar el conjunto palmesano de Josico. De ahí hasta la conclusión de la primera parte, los locales no quisieron arriesgar en exceso y el Atlético Baleares pasó a equilibrar la balanza e incluso a llevar el peso del partido pero sin tener la capacidad de generar situaciones de peligro ante la portería defendida por Lluna. Se llegó al tiempo de descanso sin que el marcador hubiera sufrido cambio alguno.

Tras el receso, el partido ganó en intensidad en los primeros minutos, pero fue decayendo a medida que pasaba el tiempo. Tomó la iniciativa el conjunto valencianos que buscó con insistencia abrir el marcador y cambiar la dinámica de un encuentro que tenía todos los números de acabar sin goles, como así fue. Ni los cambios introducidos por ambos técnicos permitió que el decorado sufriera variaciones.

El balón se jugaba en el centro del campo y así era casi imposible disponer de ocasiones de gol. En el minuto 71, el Atlético Baleares se quedó con diez jugadores por la expulsión de Farrando al ver la segunda cartulina amarilla. Así, el enfrentamiento se igualó de efectivos. Pero todo continuó igual. Ni el Atlético Baleares, con uno más, había impuesto su ley sobre el terreno de juego.

En la recta final del partido, se vio a un Atlético Saguntino mucho más motivado y un rival algo más conservador.