Euforia y pragmatismo. Dos sentimientos que convergen a día de hoy en un Atlético Baleares que ha pasado, en cuestión de un mes, de la abulia y resignación ante un nuevo fracaso deportivo a un estado de máxima excitación deportiva por lo que ya se puede considerar como todo un logro desde que firmó Josico como entrenador: recortarle diez puntos en cuatro jornadas al Badalona, equipo que delimita la zona de play-off de ascenso a Segunda A.

Y todo ello, fruto de cuatro triunfos consecutivos. Un hecho que no se producía desde la temporada 2011-12, con Gustavo Siviero en el banquillo de un equipo de auténticas estrellas, del que solo queda Francesc Fullana, y que quedó campeón con 72 puntos. Por aquel entonces encadenaron cinco jornadas consecutivas ganando (de la 11 a la 15), circunstancia que les catapultó a lo más alto de la clasificación en solitario.

Y este domingo frente al modesto Ebro de Zaragoza, el colectivo blanquiazul debería sumar una quinta victoria que le podría dar la cuarta plaza del grupo tercero, a expensas de lo que haga un Badalona en barrena en su visita a la Nova Creu Alta para enfrentarse al histórico Sabadell.

Su curiosa carta de presentación -"Vengo para que me conozcan", indicó- caló enseguida en la desencantada afición blanquiazul. Y del 'fiasco' de Ziege se pasó al 'efecto Josico'. Admirador del estilo del que fue su entrenador en el Villareal, Manuel Pellegrini, con el que a punto estuvo de tocar la gloria deportiva -se quedó frente al Arsenal a las puertas de la final de la Champions League (temporada 2005/06)-, el de Hellín sabe que la Segunda B es una historia que nada tiene que ver con la 'Liga de las estrellas'. Sin ocultarlo, Josico se aferra desde el primer día al 4-4-2.

Ha conseguido en tiempo récord máxima solidaridad y corporativismo en un equipo al que de forma inteligente alabó en su presentación, al considerar desde la distancia que tenían que estar "mucho más arriba en la tabla". Un mes después, ya son quintos. Y solo el golaverage directo con el Badalona impide que los blanquiazules ya estén donde por presupuesto y plantilla se les exigía desde pretemporada: en zona de privilegio.

Sin hacer grandes retoques en el once inicial, llama la atención la confianza que el entrenador manchego ha depositado en el lateral diestro camerunés Marcel Ndjeng. Al igual que ocurre con el joven Julio Delgado. Ninguneados por el anterior técnico, ambos son ahora piezas capitales para Josico.

Además, futbolistas como David Prieto, últimamente fuera del once inicial, vuelve a ser un clásico cada fin de semana a la hora de arrancar los partidos. Y sin olvidar las explosiones futbolísticas de Xisco Hernández -el futbolista más determinante- y un Rubén Jurado que se encuentra mucho más cómodo con el acompañamiento en ataque del 'tanque' Luciano Becchio, generoso e inteligente en su juego.

Pero no todo son buenas noticias para el Atlético Baleares. El calendario que espera a los de Josico es para atarse los machos. Asequible al principio, con el Ebro este domingo y Atlético Saguntino el siguiente como rivales, el rush final se complica sobremanera.

La trilogía de contrincantes para el equipo de Josico comenzará con la visita a Son Malferit del Hércules (jornada 36). A la siguiente, se visitará al Villareal B, que al igual que los alicantinos también podrían estar pugnando por esa cuarta plaza.

Y ya para cerrar la fase regular, la visita de un Alcoyano que posiblemente pugne por la primera plaza con el Barcelona B y necesite 'rascar' en el terreno de juego blanquiazul.

En definitiva, un calendario para creérselo. El de un equipo por el que hace un mes nadie daba un euro y que ahora se postula como una de las sensaciones de la categoría de bronce del fútbol español.