Siempre con una sonrisa. Sus escasos 19 años no son capaces de aglomerar la madurez de sus palabras. No tiene miedo en hablar sobre metas, otros se callarían, él no se anda con rodeos: "Al final nadie se atreve a decirlo, pero estoy aquí para ganar el Mundial".

Joan Mir conquistó el domingo pasado el primer Gran Premio de la temporada de Moto3. Ayer, en Palma, repasó sus sensaciones en este inicio de temporada. El piloto mallorquín fue el primero en atravesar la línea de meta en el circuito de Losail. Lo hizo seguido por el británico John Mcphee, el madrileño Jorge Martín, el valenciano Aron Canet y el italiano Romano Fenati. "Siempre puede haber alguna carrera en la que te sorprenda algún piloto, pero los cinco primeros de Catar creo que vamos a estar ahí para luchar por el Mundial. Hay que estar siempre preparados por lo que pueda pasar en cada carrera", afirmó.

Su progreso en el motociclismo es meteórico. 'Rookie' del año la temporada pasada, Mir ha madurado física y mentalmente en los últimos meses. "Nos hemos preparado mucho, tanto físicamente como a nivel técnico con la moto, hemos intentado mejorar los entrenamientos, tenerlo todo mucho más controlado y eso es algo que me ha ayudado mucho. En Catar, por ejemplo, no me cansé casi nada, lo que me ayudó a que en las últimas vueltas pudiera llegar con fuerzas y apretar más", relató.

Mir viajó a Catar cargado con una maleta de nervios e incertidumbres bajo el brazo. Regresa con 25 puntos, un trofeo del que no se separa y motivación llevada al máximo exponente: "Al final estar motivado es un plus muy importante. El año pasado, la primera parte de la temporada no fue bien. Verme carrera tras carrera en el grupo de atrás me desanimaba. Lo que me faltaba era motivación. Tras el parón del verano, gané en Austria mi primer Gran Premio y a partir de ahí todo fue rodado hasta ahora".

El piloto mallorquín dio un cambio radical tras el parón estival de la pasada temporada. En sus nueve primeras carreras en la categoría de Moto3, desde el Gran Premio de Catar hasta el de Alemania, logró sumar 50 puntos. Tras el verano, restaban nueve carreras más, en las que sumó casi el doble de puntos, llegando a los 144 con los que conquistó el trofeo de 'rookie'. "Al principio costó un poco, como es normal, pero en las últimas carreras estuvimos luchando por la victoria en prácticamente todas y sabíamos que con el cambio de moto, si respondía bien, los resultados podían llegar antes. No esperaba ganar la primera carrera, porque siempre se necesita adaptación y además la KTM es muy diferente a la Honda, pero la moto funciona a la perfección", explicó.

Pese al gran revuelo que causó su victoria el pasado domingo, el mallorquín tiene claro que Austria siempre será especial: "No puedo mentir, la primera victoria es la primera. En Catar no tuve que luchar tanto como el año pasado en Austria, a mitad de carrera ya me veía con muchas posibilidades de ganar porque lo tenía todo bastante controlado, pero en Austria no lo tenía, en la última vuelta no sabía si haría cuarto o primero, eso hizo que disfrutara mucho más la victoria".

El próximo 9 de abril, Argentina se convierte en la segunda parada del Mundial. Mir tiene los pies en el suelo, pero la ambición viaja con él. Sabe que el trabajo se ha hecho bien y que las sensaciones son buenas. "Si la moto va igual de bien en todas las carreras, me veo con fuerzas y coraje para luchar por la victoria", confesó el mallorquín, quien regresa a Mallorca tras cada Gran Premio para "desconectar después de pasar tantos y tantos nervios".

Última temporada en Moto3

En una categoría en la que casi ningún piloto supera el 1,70 de altura, sus 175 cm son un hándicap con el que resulta complicado competir. "No nos tenemos que engañar, soy un piloto alto para esta categoría, y sufro un poco. Con esta moto menos, porque es algo más grande y se adapta un poco más a mi estatura", indicó. Su problema dejará de serlo cuando acabe la temporada, porque Mir tiene muy claro su futuro: "Creo que el año que viene tendríamos que subir a Moto2, principalmente por el problema de la altura. Éste tendría que ser el último año y por esto debería ir bien sí o sí".

Quedan diecisiete carreras por delante. A día de hoy resulta osado hablar de quién ganará un Mundial que, en ocasiones, se decide en la última recta del último circuito. Las estadísticas dicen que, en Moto3, quien gana el primer Gran Premio de la temporada nunca levanta la corona de campeón. Joan Mir ha llegado para romper los esquemas. Entiende poco de números, demasiado de velocidad.