Los colegiados de Balears pararán a partir de ahora tras oír dos insultos en el transcurso de un partido de fútbol o fútbol sala. Esta decisión, no oficial ya que tiene que ser aprobada por asamblea, fue tratada y auspiciada por la mayoría de colegiados, que se reunieron ayer con carácter urgente en los locales de la Mutualidad de Palma.

En un ambiente tenso y bastante enrarecido, un centenar de árbitros acudieron para escuchar y exponer al presidente de la federación, Miquel Bestard, el malestar existente en este colectivo, uno de los más afectados por la violencia en el balompié.

Los colegiados, tras escuchar el primer insulto, avisarán al delegado de campo. Si persisten, el partido se suspenderá. "Yo lo haré, pararé el partido que pite y me iré al vestuario", señaló el directivo del comité de árbitros, Salvador Fornés, que estaba en la mesa presidencial y que fue uno de los que expuso a Bestard la "necesidad de tomar medidas ya para salvaguardar a los participantes en un partido". Los presentes en la sala aplaudieron.

Otra de las medidas que se adoptarán es la grabación de todos los partidos de fútbol que se disputen. "Hemos contratado a una empresa para que nos haga este servicio", señaló Miquel Bestard, que cree que esta medida actuará de manera disuasoria ya que será más fácil identificar al agresor y al saber que se graba la "gente se lo pensará más".

La venta de alcohol en los campos de fútbol, que está prohibida, también se expuso en esta reunión y los trencillas pidieron a la Federación que haya más control, ya que se cree que se vende en casi todas las instalaciones.

Esta territorial también estudiará confeccionar un registro de agresores para que estén identificados. Esta posibilidad, no obstante, será estudiada por los servicios jurídicos para ver si es factible su creación.

Los presentes expusieron a Bestard su profundo malestar al considerar que la Federación es muy indulgente con las acciones susceptibles de sanción. También lamentaron la escasa colaboración que tienen de los clubes. Al respecto, se quejaron de que nadie haya querido identificar al agresor del colegiado del partido Llucmajor-Baleares Sin Fronteras hace varias semanas.

Tomeu Riera Morro, presidente de los colegiados de Balears, pidió a Bestard "más autoridad" y que se tomen medidas para parar esta sangría de actos violentos que "se producen cada semana y que ahora han tenido repercusión mundial porque se han grabado".

Bestard, por su parte, dijo: "Siempre os hemos defendido, pero yo soy el presidente, no el juez. Tengo claro que es hora de tomar medidas. Lo ocurrido en Alaró a lo mejor nos permite cambiar cosas que antes no nos atrevíamos a hacer".