El colegiado del partido Alaró-Collerense infantil de Segunda Regional, grupo E, Jesús Alfonso, percibió el ambiente enrarecido en el encuentro y pidió al delegado de campo que llamase a la fuerza pública para salvaguardar su integridad física y la de los presentes en el campo. Esto sucedió un cuarto de hora antes de que comenzaran los incidentes, aproximadamente en el inicio de la segunda parte. Así lo recoge en el anexo del acta del encuentro, que realizó el trencilla ya fuera del campo y con más tranquilidad.

Alfonso explica lo ocurrido o lo que él pudo ver de los altercados, y asegura en el acta que todo comenzó por la agresión de un jugador del Alaró a un adversario. Esta acción fue la mecha que encendió a los padres y que provocó la invasión de campo y múltiples agresiones. Esta acta servirá al Comité de Competición para adoptar las correspondientes medidas disciplinarias.

Contenido del acta

"En el minuto 60 de partido decidí suspender el partido por los siguientes motivos, estando el balón detenido para realizarse un saque de puerta a favor del equipo local. Escuché a varios jugadores que gritaban: "Árbitro, Árbitro, mira lo que pasa detrás tuyo". Al girarme pude observar cómo el dorsal num. 11 del Alaró corría detrás de un adversario; al mismo tiempo que le lanzaba patadas de forma violenta, llegando a impactar varias de ellas en dicho adversario. Al ver esto, los padres del equipo visitante, acomodados en la grada cubierta del campo, entraron hasta el medio del terreno de juego (creo que para proteger a su jugador). Cuando los padres de los jugadores locales vieron que los padres adversarios entraban al terreno de juego, ellos hicieron lo mismo.

Debido a ello se lió una batalla campal de forma muy violenta, delante de los niños. Hasta incluso un padre de los jugadores locales se dirigió a mí, increpándome y llegando a golpearme con su hombro al mío. Durante todo este momento el delegado local, del equipo del Alaró, se olvidó completamente de mí, como árbitro. Es más, una vez pude entrar a mi vestuario, cinco minutos más tarde, acudió a dicho vestuario, gritándome cada vez más, de forma muy violenta, diciendo: "¿Has visto la que has liado?". Pude sacarlo de mi vestuario, pero a la fuerza.

Por otra parte, el entrenador expulsado del Alaró acudió a mi vestuario a pedir disculpas por lo ocurrido. No obstante, una vez expulsado vio el resto del partido desde el túnel que da acceso a los vestuarios. Quince minutos antes de la suspensión del encuentro, le dije al delegado local que llamase a la fuerza pública (esta tardó de 25 a 30 minutos en llegar". No sé si es porque no pudieron llegar antes, o porque no se les avisó hasta que se lió la tangana en el terreno de juego.

Una vez duchado, pude acceder hasta mi vehículo acompañado por la fuerza pública ". GMv2_fin|pTipoComp=videos&pIdGaleria=58cf01b4a4139340870a5643|GMv2_fin