"En el minuto 60 del partido decidí suspender el encuentro por los siguientes motivos", narra en el acta el árbitro del partido infantil entre el Alaró y el Collerense. "Estando el balón detenido para realizar un saque de puerta a favor del equipo local, escuché a varios jugadores que gritaban: "Árbitro, árbitro, mira lo que pasa detrás de ti". Al girarme pude observar cómo el jugador número 11 del Alaró corría detrás de un adversario, al mismo tiempo que le lanzaba patadas del forma violenta, llegando a impactar varias de ellas en el adversario".

Sigue el árbitro con su narración: "Al ver esto, los padres del equipo visitante, acomodados en la grada cubierta del campo, entraron hasta el centro del terreno de juego, creo que para proteger a su jugador", apunta el colegiado. Entonces, continúa, "los padres del equipo local hicieron lo mismo y debido a ello se lió una batalla campal muy violenta delante de los niños. Incluso un padres de los jugadores locales se dirigió a mí, increpándome, y llegando a golpearme con su hombro en el mío", denuncia.

También denuncia el colegiado en el acta que mientras todo esto sucedía, el delegado local se olvidó completamente de él como árbitro. "Es más, una vez pude entrar en mi vestuario, cinco minutos más tarde, acudió a dicho vestuario gritándome cada vez de forma más violenta, diciendo: ¿Has visto la que has liado?". Y añade sobre el delegado del Alaró: "Pude sacarlo de mi vestuario, pero a la fuerza".

Antes de que sucedieran los incidentes, el árbitro ya había expulsado al entrenador del Alaró y amonestado a cuatro jugadores, uno de ellos fue expulsado. Los futbolistas, niños de entre 12 y 13 años, fueron amonestados por una entrada temeraria, protestar una decisión arbitrar, decierle al colegiado "pero qué putas pitas" y dirigirse a él diciéndole "eres más malo que la peste".