Mil historias en una sola carrera después de casi 5 días de competición para superar los 500 kilómetros de kayak, trekking y bicicleta de montaña en la Expedición Guaraní de Paraguay, la primera carrera en el circuito mundial de raids de aventura. El equipo de Jon Ander Arambalza, el corredor de Bilbao residente en Mallorca, vivió una de las competiciones más complejas desde que practica esta modalidad de aventura extrema. A los integrantes del equipo Columbia Vidaraid les pasó de todo, pero consiguieron subirse al podio. Fueron terceros.

Estuvieron enterrados en la décimo sexta posición del raid, remontaron al segundo lugar y finalmente ocuparon la tercera posición del podio. “En la primera etapa de kayak el bote estaba defectuoso e íbamos muy lentos. Sufrimos para mantener un buen ritmo y terminamos con mucho desgaste nada más empezar”, afirma Arambalza después de terminar una competición en la que solo han dormido 3 horas y media después de 117 horas de carrera, casi 5 días, llenos de dificultades.

Todo ha salido mal desde el primer día. Hemos fallado mucho en la orientación. El calor y las altas temperaturas fueron determinantes. Los termómetros durante el día alcanzaban los 35 grados y por la noche 28 con una humedad del 80%. La transpiración de la camiseta de manga larga Omni-Freeze Zero nos ha ayudado también a protegernos del sol porque el calor ha sido insoportable. Además hemos estado enfermos con un virus de estómago”, explica Arambalza poco antes de empezar a recuperarse del duro esfuerzo de los últimos días.

El virus dejó a los integrantes del equipo KO con vómitos, diarrea, falta de fuerza y dificultad para comer en plena competición. La única que no pasó el virus en el equipo fue la neozelandesa Sarah Fairmaid. “Tuvimos que solucionar muchas cosas en carrera. Intentar comer estando mal del estómago y ayudar al compañero cuando era el otro el que lo pasaba mal. Nos han picado multitud de abejas, hemos acabado en cerros que hemos tenido que subir trepando prácticamente sin acceso, nos ha pasado de todo. Hemos vivido muchas penurias, pero el equipo se ha hecho más fuerte”, explica Jon Ander.

Con un terreno difícil de interpretar en el mapa, el equipo Columbia Vidaraid conseguía imponer ritmos fuertes cuando estaban seguros de la orientación y remontaban posiciones después de las dificultades. La motivación era llegar lo antes posible a meta y en el mejor lugar posible. A pesar de las dificultades vieron probable llegar segundos, ya que tenían al equipo rival a 6 horas de camino; pero un despiste en una transición donde uno de los compañeros dejó la mochila en el kayak para liberar peso fue penalizado con 2 horas de sanción porque dentro estaba el GPS, indispensable para el seguimiento de una aventura de esta envergadura. “Finalmente el último día adelantamos a más equipos de los que pensábamos y llegamos a 14 minutos de los segundos. Si nos dan 15 km más de bici creo que nos los comemos. Sacamos 4 horas de diferencia en la última etapa”, apunta Jon Ander antes de volver a casa y pensar en la próxima carrera en China, en junio.