Será casualidad o no, pero desde la llegada de Uche y Becchio, el rumbo del Atlético Baleares está cambiando. Como si de un sistema de electro estimulación se tratase, ambos están aportando al colectivo blanquiazul los impulsos suficientes para que el equipo salga con otro aire. El pasado domingo, frente al siempre complicado Cornellà, se empezó a ver a un once blanquiazul diferente. El músculo de Kenechuhwu Uche por un lado -hasta que su abductor dijo basta- y el olfato y carácter ganador de Lucciano Becchio.

Con ellos habló DIARIO de MALLORCA en el gimnasio 'Vision Body', sito en la barriada de el Molinar, para llevar a cabo sus rutinas físicas. La de aquí son dos historias diferentes, pero con un nexo común: haber pasado ambos por la casa ´rojilla´.

En el caso de Lucciano Becchio, todo un trotamundos del fútbol ya afincado con su familia en Mallorca, y que a sus 32 años recala en el cuadro blanquiazul tras prácticamente desconectar del foco profesional y respondiendo a una llamada del jefe de scouting blanquiazul, Enrique Ponce. De esta forma, pasó de entrenar y jugar en el Binissalem de Tercera a hacerlo en Segunda B. El domingo, titular y primer gol en su haber. "No me sorprendió la titularidad, ya que el mister es el que decide. Como es obvio, todo jugador quiere ser titular, y gracias a Dios que se jugó bien y se ganó. Yo vengo a sumar mi granito de arena, y si fue con un gol la ayuda, es lo que uno trabaja durante la semana", afirma. Lo dice un futbolista que tras una década -en la que jugó en el Mallorca B- vuelve a jugar en la Segunda División B. "No se me caen los anillos, sé de dónde vengo y sé adónde voy", afirma con rotundidad el ´tanque´ blanquiazul.

Escuchando atentamente está el nigeriano Uche, que salió hace dos temporadas por la puerta de atrás del Real Mallorca -con el que entrenó y llegó a debutar con el primer equipo- ya que lo desahuciaron para el fútbol de élite debido a sus continuas lesiones. Reconvertido en poderoso central -era centrocampista-, el futbolista recién fichado del Cornellà agradece de entrada al club catalán que lo acogió cuando más bajo estaba. "Agradecido estoy a ellos por la confianza que me dieron, recibiéndome con los brazos abiertos, por el cariño, recuperándome para el fútbol". Ello, y la lesión del capitán verdiblanco, Antonio Pelegrín, le abrieron la puerta del centro de la defensa hasta su traspaso al Atlético Baleares. "Físicamente me encuentro bien y puedo competir, estoy bien recuperado y muy contento de volver a la isla y por la oportunidad que me ha dado el Atlético Baleares para seguir dando guerra", confiesta el futbolista.

Pese a su salida de la casa rojilla, Uche no es rencoroso. "Lo pasado, pasado está. Miro ahora hacia el futuro para seguir creciendo como futbolista y como persona. Con la lesión he aprendido mucho de la vida. Nunca hay que bajar los brazos. Queda trabajar muy duro, ya que estoy en una edad (25) en la que todavía puedo llegar". Del Mallorca afirma que "quizás les faltó paciencia conmigo. Yo no me lesioné en la cama, lo hice en el campo, defendiendo los colores del equipo", sin olvidarse del consejo que le dio el ex propietario del club, Llorenç Serra Ferrer. "Si tú quieres volver a jugar, tienes que entrenar tres veces al día. Y así lo hice", recuerda.

Asintiendo Luciano con la cabeza, el argentino -que las ha vivido de todos los colores- sabe que "es muy difícil llegar arriba. Uche, por lo poco que le he visto, está muy bien y creo que tiene bastante futuro para subir de categoría". Una categoría, la Segunda A, que de momento queda muy lejos en el horizonte. De momento, a siete puntos. Ambos tienen claro que no vienen a contemplar el paisaje. Son ambiciosos. "Estamos muy confiados de hacerlo. Hay un buen grupo, buenos jugadores, lo hemos hablado en el vestuario, y con las victorias ante el Cornellà y en Gavà hemos dado un pisotón fuerte para conseguir este reto", concluye Becchio.