El argentino Héctor Cúper, director técnico de Egipto, se ha colocado a dos pasos de hacer historia y convertirse en el segundo entrenador latinoamericano, tras Otto Gloria, en alzar una Copa de África de fútbol.

Cierto es que el juego desplegado hasta el momento por sus 'faraones' es uno de los más tristes y rácanos del torneo, pero el gen ganador de los egipcios -que lucen siete títulos continentales- le hacen favoritos en la semifinal que disputará esta noche (20 horas, Eurosport 2) ante Burkina. Los egipcios no pierden un partido en la fase final de la Copa de África desde que Argelia, en 2004, les derrotara (2-1), en la edición disputada en Túnez.

En las tres siguientes ediciones marcaron un hito mundial (2006, 2008 y 2010) al adjudicárselos de forma consecutiva, venciendo a Costa de Marfil, Camerún y Ghana, en la respectiva final.

La transición ha sido traumática. Egipto estaba ausente de la fase final de la Copa de África desde que en 2010 batiera a Ghana en la final de Angola. En parte por el efecto de la situación política: en enero de 2011, estallaron en El Cairo las protestas que acabaron con la dictadura de Hosni Mubarak; y, en 2012, la cúpula militar dio un golpe de Estado que acabó con el gobierno islamista salido de las urnas, todo ello en medio de una fractura económica y social del país.

Y en parte por los vaivenes en el banquillo: en 2015 y con el objetivo de regresar a la fase final de 'su torneo', la federación egipcia ofreció el puesto a Cúper, que por aquel tiempo dirigía al emiratí Al Wasl, del que su compatriota Diego Armando Maradona era mánager.

El extécnico del Mallorca no sólo ha cumplido con creces esa meta: desde su llegada, Egipto también ha comenzado con muy buen pie la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018, en la que ha derrotado a Congo (1-2) y Ghana (2-0).

El equipo no pierde desde que el pasado 6 de octubre saliera derrotado de Johannesburgo (1-0) en un amistoso disputado contra Sudáfrica. Una racha que se ha cimentado en la solidez y consistencia defensiva que ha dado al equipo el técnico que comenzó en Huracán y se hizo grande en el Mallorca, Valencia e Inter de Milán. Y no ha recibido un tanto en los últimos seis partidos.

Cúper confía en un bloque que en su gran mayoría juega en la liga local. Si hay un pero a su trabajo es, precisamente, la falta de gol en un equipo que, como todos los del entrenador argentino, se basa en la solidez, la solidaridad, la consistencia en el centro del campo y el balance defensivo. Desde febrero de 2016 no ha marcado más de dos tantos por partido; y los cinco últimos solo ha anotado cuatro tantos.