Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Vicenç Reynés: "Tenía dos ofertas para seguir, pero no soy un estafador"

"Tenía dos ofertas de equipos muy buenas para seguir como ciclista profesional e incluso una propuesta de contrato en mi casa del equipo Fortuneo para firmar"

Ante la semana grande del ciclismo mallorquín, con la disputa de las cuatro pruebas de la XXVI edición de Challenge, Vicenç Reynés vivirá una experiencia muy diferente a las de los 14 años anteriores. Cuando era protagonista y formaba parte del pelotón profesional de la ronda. Ahora la seguirá desde fuera, tras obligarle en noviembre una prostatitis a poner fin a su trayectoria deportiva.

-Llega la Challenge y por primera vez, tras 14 años de ser uno de sus protagonistas, no formará parte del pelotón. ¿Cómo contempla su nueva situación?

-Orgulloso de lo que he conseguido durante mis 14 años como ciclista profesional, compitiendo a primer nivel en el circuito World Tour. Y convencido de que he tomado la decisión más apropiada para mí y para mi familia. Tenía ofertas para seguir, pero en octubre volví a enfermar de la prostatitis que me dejó fuera de la Vuelta. No disponía de garantías para volver bien y no quiero engañar a nadie. No soy un estafador.

-¿Resultó difícil la decisión?

-Me planteaba seguir dos años más. Tenía dos ofertas muy buenas e incluso una propuesta de contrato en mi casa del equipo Fortuneo para firmar. En octubre me sometí a un tratamiento con inyectables de cuatro semanas, directo a la prostasta. Intenté volver a entrenar con la bicicleta. Tenía moral, pero me fue muy mal.

-¿Qué le ocurrió?

-Tuve una recaída y me puse muy mal. En noviembre se me cayó el mundo encima al comprobar que no podía seguir haciendo lo que más me gusta y para lo que he vidido los últimos 20 años. Caí en una depresión. No era feliz. Lo pasé muy mal y mi familia sufría, les contagiaba mi mala situación. Decidí que necesitaba un cambio radical y que si no estaba al cien por cien debía colgar la bicicleta.

-Suena a frustración.

-La recaída en la prostatitis resultó muy dolorosa, tanto en lo físico como en lo moral. No podía casi ni caminar y estuve un mes depresivo. Nunca pensé que tendría que dejar así el ciclismo, tan de golpe. A las ofertas que tenía para seguir como ciclista les dije que no estaba en condiciones. No quise quedar mal. La verdad es que me dejó muy frustrado tras 14 años de profesional tener que terminar de esta forma, aunque he logrado retirmarme al máximo. Como ciclista del World Tour y sin arrastrarme por las carreteras.

-La cuarta etapa de la última Vuelta 2016 se recordará siempre como su última carrera.

-Antes de ir a la salida presentí que sería mi última carrera. Me levanté con esa idea e incluso se lo comenté a mi director del IAM. No pude rodar sobre la bicicleta ni una hora. Me descolgué del pelotón cuando apenas habíamos recorrido unos 20 kilómetros. Creo que fue en Pontedeume, en Galicia. Fue muy traumático. Me metí en el coche llorando, desconsolado. En ese momento supe que se había terminado mi carrera como ciclista profesional."Ser generoso forma parte de mi forma de ser y de entender el ciclismo. Por eso he terminado mi trayectoria considerándome un trabajador, un obrero"

-Pese a haber destacado en sus primeros años como profesional y ser un hombre rápido, termina con un palmarés corto y apenas tres triunfos.

-Empecé muy bien, en el 'top 5' de la general de la Challenge del 2003 con La-Pecol en mi primera temporada como profesional y ganando después en París-Niza, Cala Millor y el Circuito de Getxo, con el Illes Balears. He cambiado bastante de equipos y eso me ha condicionado tener que trabajar más para otros que para mí, limitando mis resultados. Me he tenido que sacrificar casi siempre a favor de mis compañeros, aunque en ocasiones quien estaba más fuerte era yo. Y corriendo así es muy difícil ganar. Acumulas mucho desgaste y al final terminas sin fuerzas para rematar. Muchas veces he pensado, y reflexionaba, que me he perjudicado a mí mismo en demasiadas carreras.

-¿Demasiada generosidad?

-Forma parte de mi forma de ser y de entender el ciclismo. Por eso he terminado mi trayectoria considerándome un trabajador del ciclismo. Un obrero de la bicicleta, aunque bien reconocido.

-En los últimos años por su experiencia y carácter ha parecido que era el jefe de sus equipos.

-En muchas carreras no necesitaba que nadie me diese órdenes. Sabía siempre lo que tenía que hacer. Me ponía a tirar solo y en mis últimos equipos cumplía en muchas ocasiones como director.

-¿Qué recuerda de su primer contrato profesional, con el equipo portugués La-Pecol?

-Con La-Pecol firmé para el 2003 mi primer contrato profesional, de la mano de Juan Campos, que era el representante de Joan Horrach, quien corría para el Maia, también portugués. La temporada anterior estaba en el filial amateur del Kelme y rechacé un contrato por 4 años de Vicente Belda para pasar a profesionales con ellos. No me quería atar tanto. Con La-Pecol disfruté de una gran temporada, con un 'top 5' en la general de la Challenge.

-Y en el 2004 le llegó la gran oportunidad del Illes Balears, con el patrocinio del Govern.

-Disfruté mucho en el Illes Balears. Teníamos un grupo que era la hostia. Con ciclistas extraordinarios y muy buena gente. Siempre he pensado que si me hubiese quedado más tiempo junto a Eusebio Unzue ahora tendría más victorias en mi palmarés. Que junto a él hubiese tenido más oportunidades para luchar por triunfos, ya que en los otros equipos en los que he estado siempre había gente más rápida. Especialistas como André Greipel o Mark Cavendish, a los que me tocaba lanzar para ganar ellos.

-¿Considera que se rentabilizó bien la inversión millonaria sobre el equipo Illes Balears por parte del Govern de Matas?

-Nos benefició y ayudó especialmente a los cuatro ciclistas mallorquines que estábamos en el equipo. Gracias a esa oportunidad todos mejoramos y disfrutamos de continuidad profesional a un gran nivel. El proyecto del Illes Balears con un poco de continuidad y la misma inversión, pero con otro enfoque, hubiese resultado mucho más rentable y mejor para todos. Especialmente para la promoción turística de las islas. Que es lo que nos hace falta ahora, coincidiendo con un momento de auge del ciclismo. Y especialmente cuando Mallorca es la Meca y destino líder del cicloturismo en Europa.

"El proyecto del Illes Balears con un poco de continuidad y la misma inversión, pero con otro enfoque, hubiese resultado mucho más rentable y mejor para todos"

-¿Considera que el equipo resultó rentable para las Balears?

-Como inversión publicitaria pienso que fue buena, con un alto rendimiento. Especialmente por hitos como el de la victoria histórica de Alejandro Valverde en Courchevel sobre Armstrong, tras un gran mano a mano. Un triunfo seguido en directo por cientos de millones de personas de todo el mundo. Eso sí, la inversión no dejó semilla en el deporte de las islas y creo que ahora es un buen momento para recuperar el proyecto, aunque con una base y una organización muy diferente.

-Y del Illes Balears se marchó al T-Mobile, aunque no llegó a lucir nunca su maillot.

-Estaba de vacaciones y me llamaron avisándome que T-Mobile dejaba de patrocinar al equipo por los escándalos de dopaje. Su estructura la heredaron los conjuntos que compitieron bajo el nombre de High Road y Columbia. Con ellos descubrí nuevas técnicas de entrenamiento, con mucho trabajo en el gimnasio. El mismo sistema de entrenamiento y técnicas que ahora permite triunfar al Sky. Un plan de trabajo a cargo de preparadores americanos con el que en el 2008 ganamos hasta 95 carreras, contando con Cavendish y Greipel. No tenía nada que ver con lo que había conocido hasta entonces.

-Su siguiente destino le llevó al Lotto belga, todo un clásico.

-Me fichó André Greipel para formar parte de su tren para los esprints. Del 2011 al 2013 ganamos un montón de carreras. Es donde aprendí más de ciclismo. Sobre todo de las clásicas, que las llevo en la sangre. En Bélgica disfruté de un ciclismo diferente, que se tiene que vivir día a día y más seguido por el público que las vueltas por etapas al margen de las tres grandes. Toda una forma de vida, conociendo palmo a palmo los recorridos y todos los secretos de las grandes pruebas.

-Y finalmente le llegó la propuesta de Suiza a cargo del IAM.

-El IAM me planteó una buena oferta y he estado con ellos tres años, del 2014 al 2016. Necesitaban un corredor con experiencia para ayudar a sus ciclistas jóvenes y a los jefes de filas. Especialmente en las clásicas. La lástima es que ha terminado desapareciendo, ya que pese a una inversión anual de 15 millones de euros en el circuito Pro Tour no hay forma de sobrevivir ante superestructuras como las del Sky o del Movistar. Su propietario se ha cansado de poner dineo ante eso y el IAM ha terminado desapareciendo.

-Siempre ha sido un apasionado de las grandes clásicas.

-Es un ciclismo que engancha y vende mucho en países como Bélgica, Holanda, Alemania o Francia. No te puedes imaginar su verdadera dimensión hasta que las descubres. En su seguimiento no hay punto de comparación con carreras como las pequeñas vueltas. Es un mundo aparte dentro del ciclismo. Con el Lotto disputé clásicas, como el Tour de Flandes, con hasta 25 coches de asistencia del equipo repartidos por todo el circuito.

-Y en la Milán-San Remo es en la que ha destacado más.

-Es una carrera que en el 2007 me podría haber cambiado toda mi trayectoria ciclista. Nunca había tenido tan buenas sensaciones como ese día. Tras coronar el Poggio delante, a 200 metros de meta estaba solo en cabeza y me veía en el podio o ganando. Al final me cogieron, ganó Oscar Freire y yo terminé noveno. Es la carrera que más me apasiona y de la que me llevo un gran recuerdo de mi actuación en su edición del año pasado, cuando volví a terminar entre los mejores, tras trabajar mucho al final para Haussler, quién en meta terminó séptimo.

-Sin embargo, de la que más habla es de la París-Roubaix.

-La pimera vez que la disputé fue en el 2006, con el Illes Balears. El equipo no sabía ni a dónde nos llevaba. La corrimos con ruedas de carretera, mientras el resto llevaban tubulares especiales y material específico para rodar sobre los adoquines. Tuvimos hasta 25 pinchazos y llegué a meta en el puesto 67. En el 2016 volví a llegar a Roubaix tras abandonar antes hasta en cinco ocasiones, aunque esa carrera me destrozó y es la que me dejó muy tocada la prostata.

-¿Qué victoria lamenta más no haber conquistado?

-Una etapa de la Vuelta a España, pese a que me he quedado muy cerca en varias ocasiones en las siete ediciones que he disputado, con hasta unos ocho top ten.

Compartir el artículo

stats