En su objetivo de hacerse con su tercer triunfo consecutivo en Son Pardo, Ramsey du Ham no solo deberá superar la oposición de un grupo de doce rivales de un nivel altísimo. También deberá contrarrestar la mala suerte que le acompañó en el siempre caprichoso sorteo de dorsales, que le adjudicó el número 8 y, por tanto, la obligación de partir tras el autostart por todo el exterior, desde la posición más alejada de la cuerda. Una seria complicación.