No es la falta de instalaciones, ni de buenos entrenadores, ni de material adecuado lo que limitan actualmente las marcas atléticas, sino la falta de valores y principios que antes sí se tenían.
Todos queremos destacar, ahora se exige más que nunca, pero pocos quieren aportar el esfuerzo, la dedicación y la pasión necesarios para que sea auténtico, sólido y real. Vivimos en un mundo en donde lo fácil y lo inmediato condiciona cualquier servicio, consejo o liderazgo. Esta edulcoración del deporte ha creado auténticos "ecosistemas" que promueven soluciones sin demasiado esfuerzo en algo que antes era paradigma de superación.
Los entrenadores que ofrecen el camino del trabajo diario y el esfuerzo continuo con objetivos a largo plazo, son rechazados por atletas, padres e incluso clubes. Las pruebas que cualifican los resultados, sean con marcas oficiales o mínimas de participación, son tratadas con desprecio forzado y apartadas con pavor de los retos anuales.
En cambio, abundan los resultados edulcorados (ahora todo el mundo es campeón de algo "exótico"), los atletas de Facebook, (rodeados en burbujas deportivas de autobombo recíproco) o los entrenadores (empresarios) de resultados rápidos en categorías de menores (raptando jóvenes talentos si para ello es necesario) con auténticos desiertos en categorías absolutas.
Un campeonato de Europa, del Mundo o unos Juegos Olímpicos son para 'pros', o dopados, obviando que el atleta que en ellos participan, antes fue un niño más o menos dotado, aunque lleno de fuerza, de voluntad, de pasión y con muchas menos ayudas que las que actualmente existen. (Un padre ejerciendo de padre y no de manager, y un entrenador ejerciendo de entrenador y no de empresario, posiblemente también le ayude bastante).
Es en los principios y valores que debemos exigir al entorno en donde han de desarrollarse nuestros jóvenes deportistas, en donde debemos buscar la solución a las necesidades de rendimiento que anhelamos re-alcanzar, y no en edulcorar, a la par que jadear, los resultados que se alcanzan con atajos y papel de celofán. El deporte es esfuerzo, todo los demás es ciencia ficción.
