Gregorio Manzano fue el entrenador que mayor rendimiento le supo sacar a Cléber Santana. Fue en la temporada 2008/09, cuando el futbolista brasileño llegó cedido del Atlético de Madrid: "Llegó al Mallorca con ganas de demostrar lo que no pudo en el Atlético", recuerda un compungido Manzano que, recién llegado de su experiencia en el fútbol chino, no da crédito a la desaparición del futbolista.

"Era una persona introvertida. tímida, pero poco a poco se hizo con el vestuario", rememora el técnico de Bailén vía telefónica desde Valladolid. "Recuerdo que llegó sin la familia, pero poco después se reunieron y se integró más fácilmente al grupo. Hacía una vida muy tranquila, era un gran profesional, vivía por y para el fútbol", afirma, triste, Manzano.

El técnico andaluz tenía claro que Santana iba a ser "el eje ofensivo del equipo. Lo situaba por delante de Mario, que era muy joven, y Martí, ya más veterano, y por detrás de Arango y Aduriz. Nos dio muy buen resultado".

Para la memoria, el golazo y la victoria del Mallorca en el Santiago Bernabéu, en mayo de 2009. "Fue un gran partido de todos los jugadores. Y está claro que, de aquel día, nos quedamos todos con el golazo de Cléber, sin duda uno de los mejores de la temporada, por la belleza de la jugada y por el escenario. No todos los días se marcan goles así", señala el entrenador de aquel equipo, que finalizó la Liga en novena posición. Manzano recuerda que, tras finalizar su etapa en el Mallorca, "regresó al Atlético, pero no terminó la temporada y en invierno volvió a Brasil. Hablé con él dos o tres veces por aquellas fechas, pero ya no volví a tener contacto", concluye.

Nunes

Nunes, que coincidió con Cléber Santana en el Mallorca, mostró su pesar. "Es una noticia muy triste para un tipo de 35 años, que estaba en el final de su carrera haciendo lo que más le gustaba y que podría estar disfrutando ahora de su familia y su familia de él y eso ya no podrá ser", relató en la Ser el excapitán del Mallorca, quien le recuerda más como persona que como futbolista: "Hablábamos el mismo idioma. Fuimos amigos fuera del campo, conocía a su mujer y sus hijos".