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Tenis

Nadal, en su hora decisiva

En un año marcado por su lesión en la muñeca, el campeón de Manacor cierra 2016 con las cifras menos brillantes de su triunfal carrera

Nadal, en su hora decisiva

Rafel Nadal se ha vuelto humano. En su duodécima temporada en el circuito profesional, con 30 años cumplidos el pasado mes de junio, el tenista de Manacor nunca había ganado tan poco. Presenta en este aciago 2016 los números menos brillantes de su carrera, con 39 victorias y catorce derrotas. Algún año, como en 2011, había perdido más (15), pero también fue mayor su número de victorias (69).

Lastrado por la lesión de muñeca que le obligó a retirarse de Roland Garros en plena competición, Nadal cuenta con los dedos de una mano las alegrías en el año que finaliza. Montecarlo, Godó y la medalla de oro en los Juegos de Río formando pareja con su amigo Marc López es su balance en cuanto a títulos se refiere.

Pero, por encima de los trofeos que ha levantado -el de Barcelona supuso el 69 de su carrera-, la imagen que ha dado el tenista es que, posiblemente por primera vez en su carrera, se ha convertido en un jugador vulnerable. Partidos que no hace tanto los ganaba sí o sí, ahora es capaz de perderlos. También ante jugadores a los que siempre había derrotado. El japonés Kei Nishikori, perdedor ante Nadal hasta el Masters 1.000 de Montreal del año pasado, es ahora un jugador temible para el mallorquín, al que ya ha ganado dos de sus once enfrentamientos, el último en los Juegos de Río en la lucha por la medalla de bronce. O ante el francés Lucas Pouille en el US Open; o frente al búlgaro Grigor Dimitrov en Pekín o el serbio Víctor Troicki en Shanghái.

Su lesión de muñeca ha sido clave en que la temporada no haya pasado de discreta. Afrontaba el año con el recuerdo todavía presente de sus problemas de ansiedad en la pista durante 2015, que le hizo perder más de la cuenta ante jugadores situados fuera del top-20. El año 2016 empezó con ilusiones renovadas. Su clasificación para la final de Doha, perdida ante un por entonces imbatible Djokovic, fue el mejor de los síntomas. Pero la primera en la frente le llegó en el Abierto de Australia, cuando cayó a las primeras de cambio ante un Fernando Verdasco, 47 del mundo en aquel momento, que le superó en cinco sets por tercera vez en su carrera. Al final del partido admitió que tenía un problema con su derecha. La derrota en semifinales de Río ante el uruguayo Pablo Cuevas, 45 del mundo, no hizo más que aumentar las dudas sobre su estado de forma. Recuperó sensaciones en Indian Wells, donde cayó en semifinales, de nuevo ante Djokovic. Con una de cal y otra de arena, su rendimiento era una incógnita ante el inicio de la temporada de tierra.

En su superficie favorita se produjo el cambio que todos los aficionados esperaban. Conquistó por novena vez Montecarlo tras eliminar a jugadores 'top-10' como Wawrinka y Murray. Su triunfo en el Godó a la semana siguiente no hizo más que aumentar su confianza. Parecía de nuevo preparado para intentar el asalto a su décimo Roland Garros.

Pero llegaría Madrid, el principio de todos sus males. El 7 de mayo jugó las semifinales en la Caja Mágica ante Murray infiltrado en su muñeca izquierda. Veinte días después, y tras caer ante Djokovic en los cuartos de Roma, anunciaba su retirada de Roland Garros el día después de superar la segunda ronda ante el argentino Facundo Bagnis. El temor a que la inflamación en la vaina del tendón pudiera agravarse y comprometiera su presencia en los Juegos de Río, donde iba a ser el abanderado en el desfile inaugural, fue determinante. "Ante Bagnis jugué con la muñeca dormida. El doctor Cotorro no me ve capaz de jugar, no me puede dormir la muñeca cinco días más", comentó. El sueño de su décimo título en París se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.

Su regreso a las pistas fue en los Juegos de Río, el 7 de agosto, con victoria ante el argentino Delbonis. Siete días después, y tras un maratón de partidos tras alternar individuales y dobles, perdía ante Nishikori la lucha por la medalla de bronce. Y tras los Juegos, todo han sido malas noticias: derrota en segunda ronda de Cincinnati, en octavos del US Open, en cuartos de Pekín y en primera ronda de Shanghái, ante Troicki, en lo que iba a ser su último partido del año.

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