El tenista mallorquín Carlos Moyá, ex número uno del mundo, se impuso ayer al británico Tim Henman en la segunda edición de la Legends Cup, celebrada en el Palma Sport&Tennis Club. Moyá venció por 6/3 y 7/5, tomando el relevo en el palmarés del torneo a Álex Corretja, quien ganó el año pasado y que, en esta ocasión, logró un tercer puesto al imponerse a Mats Wilander en el partido de consolación.

Moyá (Palma, 1976) tiró del manual de su tenis hegemónico -construido a partir del drive y del saque- para llevar la iniciativa ante un compañero de generación como Henman (Oxford, Inglaterra, 1974), sólo dos años mayor que él. Pese a que la tierra batida no es su superficie favorita, el británico dio muestras de su calidad y plantó batalla recurriendo frecuentemente a su elegante juego de saque-volea que le llevó a ganar durante su carrera 11 títulos de la ATP y a llegar a varias semifinales de Wimbledon.

Tras alguna concesión al tenis-espectáculo que caracteriza a este tipo de partidos, un break en el primer set y otros dos en el segundo certificaron el triunfo de Moyá, que exhibió un gran estado de forma en los dos partidos que disputó en la Legends Cup.

De paso, a efectos estadísticos no oficiales, rompió el empate que tenía con el británico. En el circuito profesional, jugaron en 10 ocasiones, con cinco triunfos para cada uno. "Ha sido muy especial jugar delante de tantas caras conocidas, familiares, amigos... Y, además, en una pista donde he pasado tantas horas", manifestó el mallorquín al acabar el encuentro, en referencia a su evolución en el antiguo Mallorca Tenis Club.

Moyá, acompañado de su hijo pequeño, recibió el trofeo de campeón de manos del alcalde de Palma, José Hila.

Henman, por su parte, tuvo palabras de agradecimiento para la organización del torneo, del que dijo que era uno de los mejores del ATP Champions Tour, un circuito para tenistas de renombre ya retirados. En este sentido, mostró su disposición a regresar para la edición del año que viene.

Antes de la gran final, se jugó el partido por el tercer y cuarto puesto entre Corretja y Wilander, ganador de siete grand slams en los ochenta. El catalán se impuso por 6/3 y 7/5 ante quien es su "ídolo" de la infancia, como él mismo recordó al acabar el encuentro.

El buen humor predominó durante el cara a cara entre estos dos compañeros de labores televisivas (ambos son comentaristas de Eurosport), dejando escenas que ya se han convertido en clásicas en este torneo como el lanzamiento de pelotas de tenis a los vecinos que observan el partido desde el balcón de sus casas. O los golpes por debajo de las piernas para contrarrestar un globo.