El sueco Mats Wilander, exnúmero uno del mundo y ganador de siete torneos del Grand Slam, es durante esta semana una de las atracciones de la Legends Cup que acoge el Palma Sport & Tennis Club. El 25 de septiembre participó en la jornada inaugural de puertas abiertas del Rafa Nadal Sports Centre, donde coincidió con el estadounidense John McEnroe, a quien considera "el tenista más carismático que ha existido". Natural de la ciudad sueca de Växjö, Wilander entiende que el tenis se ha convertido en algo tan profesional que se echa en falta "que salga el ser humano que los tenistas llevan dentro". Devoto del mallorquín Rafel Nadal, el sueco asegura que su carrera no está cerca de su final y que es el jugador más competitivo que ha visto en su vida.

-¿Por qué sigue jugando al tenis, quizás porque aún mantiene la pasión por ello?

-Es divertido lo que hago, eso es lo fundamental. Durante dos meses al año participo en exhibiciones y torneos de leyendas, y luego me dedico a comentar para Eurosport. Y es una combinación muy atractiva porque luego me relaja para jugar.

-¿Como ha cambiado su punto de vista de este deporte?

-Cuando comienzas tienes una visión totalmente diferente, y no te das cuenta de la realidad. Cuando trabajas como comentarista no es fácil ser honesto. Pero tiene algo muy bueno, que sabes cómo van a reaccionar los jugadores y cómo van a actuar en cada situación. Y te das cuenta de sus puntos débiles. No es fácil al principio porque no es nada simple comprobar como cambia un jugador. Cuando compites solo haces correr, entrenar, cuidarte. Luego, cuando te retiras, te das cuenta que hay algo que sale del corazón y echas de menos muchas cosas. Te sucede cuando vuelves a Wimbledon, cuando estás en Barcelona. Recuerdas como le golpeabas de derecha, de revés y sientes nostalgia.

-¿Quien ha sido el jugador más carismático que ha conocido?

-John McEnroe, por supuesto, pero también ha habido varios. Roger Federer, por supuesto, porque es y ha sido el mejor jugador que hemos tenido, por la forma en la que se exhibe dentro y fuera de la pista. McEnroe, por la forma en la que jugaba, y exhibía sus emociones. McEnroe y Borg atraían además al público que no sabía de tenis, y que incluso no conocía a los jugadores. La rivalidad entre ellos también fue un factor decisivo. El aficionado del fútbol, del baloncesto se dio cuenta de repente que existía el tenis. Fue la época dorada del tenis, pero también ha habido otras de bajón. En los tiempos de Sampras y Agassi, por ejemplo el tenis hacía furor en América y no tanto en Europa. De repente llegaron Roger y Rafa y surgió una rivalidad increíble, que traspasó fronteras, en Suramérica en Asia. Ahora el tenis es un deporte global y necesitamos cosas así.

-Que este deporte sea tan profesional ¿es bueno o no?

-La organización en torno a los jugadores es más profesional pero también los jugadores. Ellos se entrenan más, se cuidan más, van más al gimnasio, piensan más en tenis de lo que lo hacíamos nosotros. Es bueno hasta cierto punto pero hay veces que se echa de menos que el ser humano que hay dentro salga fuera. Lo importante ahora es el contraste, tener jugadores capaces de mostrar sus emociones y otros que no lo son, y otros que están en el medio. Para mi, el tenis no son grandes golpes. Eso lo puede hacer cualquiera. De un duelo entre Roger y Rafa lo que me interesa es el contraste de estilos y de personalidades. Aplaudo un gran revés de Roger a la esquina de Rafa, pero eso solo dura unos segundos.

-¿Cuán importante es el entrenador?

-La mayoría de las veces no es importante pero a veces sí. Porque te ayudan y son una motivación para seguir, para ganar, y porque quieres que tu equipo se encuentre feliz. En el pasado, cuando yo jugaba, el entrenador era el jefe. Ahora el jefe es el jugador. El entrenador solo es el jefe cuando el jugador compite, pero es cierto que cuando llega el punto decisivo el que decide es el jugador. Si Rafa está sacando, es él quien toma la decisión de hacerlo a la derecha o al revés, le sale del corazón sin mirar a su técnico.

-¿Cree que Nadal seguirá siendo el de antes, o su carrera puede estar cerca de su final?

-De ninguna manera. Depende de ti mismo. Muchos lo hacen cuando paran de ganar. Eso pasó con la mía. Pero hay muchos de ellos que de repente, cuando peor están comienzan a ganar de nuevo y son imparables. Cada jugador es como una montaña rusa. Rafa es muy fuerte todavía y joven. Ha tenido unos seis o siete años increíbles. Luego llegaron Djokovic y Murray y otros jugadores que cambiaron un poco el panorama. Pero Rafa continúa ahí.

-¿Quien es el jugador más competitivo que ha conocido?

-Rafa Nadal, sin duda alguna. Lo demuestra cada día, en cada partido, en cada punto, Roger lo es también, pero Rafa lo es más porque lucha incluso en puntos que no debía, en los que tendría que relajarse un poco más. Pero nadie es un ser humano perfecto. Roger no lo es, ni tampoco Rafa. Hay demasiada presión alrededor de ellos. También la había en mi caso, y en el caso de otro que peleaba tanto como ellos, Lleyton Hewitt.