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Minuto 91

La clasificación no engaña

Óscar Díaz remata en Vallecas. lof

Los números condenan al Mallorca. Tras cuatro jornadas disputadas ya es colista en solitario. Ahora que el equipo juega bien, por momentos muy bien, no marca un gol a nadie, ni siquiera a un Rayo Vallecano con el vestuario incendiado y que dio todas las facilidades del mundo y alguna más. Se hace difícil recordar un partido, no solo del Mallorca, en el que un equipo goce de tantas y tan claras ocasiones de gol. Ayer los de Vázquez las tuvieron de todos los colores. Pero ni así. ¿Falta de suerte? Es posible. ¿Falta de talento? Es probable. Se echa en falta más mala uva en los jugadores del Mallorca a la hora de rematar, de ahí los dos míseros puntos que figuran en su casillero y el triste gol que ha subido al marcador.

Poco más puede hacer Fernando Vázquez. Al entrenador ya solo le falta salir a rematar. A un técnico se le pide que su equipo juegue a fútbol, que tenga personalidad y que genere ocasiones. Y su Mallorca puede presumir de estas tres virtudes. El problema, ya endémico, es la falta de gol. Lo que sí se le puede reprochar a Vázquez es que se haya conformado con la nómina de delanteros que le ha ofrecido el club. Fuera de la plantilla Colunga y lesionado por dos meses Lekic, el panorama es desolador, con un desacertado Óscar Díaz y el inexperto Dalmau como únicos referentes en ataque.

Es ahora cuando nos acordamos de Ortuño. El delantero murciano del Cádiz ya suma cinco goles en cuatro jornadas con su nuevo equipo. Argumenta el club que el jugador prefirió a la entidad andaluza antes que al Mallorca, y no por una cuestión pecuniaria. Habrá que creerles, pero lo cierto es que se ha dejado escapar a un jugador que, pese a que no pasó de los cuatro goles en la segunda vuelta vestido de rojillo, llevaba la palabra peligro grabada en la frente. Lo que no tiene el Mallorca de ahora. Un caso parecido al de Xisco, un goleador consumado que prefirió el dinero del fútbol tailandés a la competitividad del fútbol español. Si no se soluciona el problema del gol, lo que no parece precisamente fácil, habrá que ingeniárselas para arreglar lo que ahora mismo es el único problema del Mallorca en el terreno de juego. Por ejemplo, buscar delanteros sin equipo o empezar a pensar en el mercado de invierno, con la mirada puesta en atacantes que no juegan en sus actuales equipos. El manido discurso de que "hay que seguir trabajando para encontrar soluciones" no se sostiene por ningún lado. Está claro que algo hay que hacer.

Distinto sabor tienen los podios obtenidos ayer por Jorge Lorenzo y el sorprendente Joan Mir. El primero acabó tercero tras lograr la ´pole´ el día anterior. Su rendimiento el día de carrera no fue el mismo que en la sesión de calificación y ni siquiera el reproche que le hizo en público a su ´enemigo´ Rossi en rueda de prensa por su temerario adelantamiento le sirve de consuelo de un resultado del que se esperaba que fuera mucho mejor. Lo de Mir fue muy diferente. Partió el decimosexto y logró una de esas remontadas difíciles de olvidar, hasta el tercer cajón del podio. Hay piloto en Mir, que en el año de su primera temporada completa ya sabe lo que es ganar una carrera.

Un duelo memorable. Partidos como el que protagonizaron el sábado los dos equipos de Manchester son los que engrandecen el fútbol. Un toma y daca desde el primer al último minuto, sin tregua por parte de los dos equipos y hasta con buen rollo entre Guardiola y Mourinho, que parece que en la Premier han establecido una nueva relación, más deportiva, más civilizada. A ver cuánto dura.

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