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Baloncesto

Álex Abrines, la historia del descubrimiento de un 'olvidado'

Una llamada del técnico Álex Pérez a Pepe Laso y un vídeo facilitaron al alero de La Salle una prueba en Palma y otra en Málaga con Aíto García Reneses e iniciar su carrera a la elite

Abrines se prepara con Pepe Laso, sentado en una silla, y su padre y los técnicos Jaume Artigues y Toni Ramis en la grada.

Todo el mundo sabe quién es Álex Abrines. Tienen claro que es mallorquín, que jugará en la mejor liga del mundo con el Oklahoma City Thunder y que anteriormente lo hizo en el Unicaja de Málaga y Barcelona de la Liga Endesa ACB. Incluso tienen conocimiento de que se formó en el baloncesto base del La Salle Palma. Lo que nadie sabe es cómo y en qué momento se gestó el fichaje del que será una de las referencias principales del baloncesto español durante la próxima década.

Todo tiene su inicio. Y el de la historia de Álex Abrines, poco menos que ignorado hasta entonces por las categorías inferiores de la selección española, arranca en un partido que se jugó en el Ugui Arena de La Salle. Los lasalianos, capitaneados por el veterano técnico Pep Palmer -toda una institución en el banquillo- se enfrentaban al Joventut Mariana. En juego, el Campeonato de Mallorca de categoría senior Autonómica. El triunfo fue para los colegiales (82-74).

Y en este partido descolló una vez más el dorsal número 11, un joven larguirucho, de apariencia frágil, pero fajador bajo canasta y, sobre todo, demoledor en el lanzamiento exterior. Quizás jugó partidos mejores, aunque ese día anotó 18 puntos, con 9 de 11 en tiros libres, 3 triples, capturando 6 rebotes en los 24 minutos que estuvo sobre la cancha. Pero su mecánica de tiro deslumbró a Álex Pérez Herrera, entrenador de baloncesto de nivel superior.

Cogió el teléfono en el intermedio del partido. Llamó a Pepe Laso, veterano entrenador de reconocido prestigio nacional (y padre de Pablo Laso, actual entrenador del Real Madrid). Casi nada al aparato. La conversación empezó así: "He visto un chaval con desparpajo y tiro. Lo tienes que ver". La respuesta de Laso fue un "¿me lo puedes grabar? Envíamelo". Y según recuerda Álex Pérez: "En ese momento veo a Eva Serra -actual teniente de alcalde del Ajuntament de Calvià y entrenadora del Bàsquet Calvià en aquella época- que estaba grabando el partido. Me deja la grabación. Le paso el vídeo a Pepe Laso. Y a partir de aquí, la historia que todo el mundo conoce".

"Confié en su palabra"

Una historia que nos cuenta el propio Pepe Laso desde su domicilio de Madrid: "El mérito primero es de Álex, que fue el que confió, el que me envió el vídeo y, aunque no se veía prácticamente nada, confié en su palabra".

El propio Laso conoció en persona a Álex Abrines. Hizo una sesión de tiro y fundamentos técnicos en una de las pistas del moderno pabellón Ugui Arena de La Salle. Era el 22 de junio del año 2010. Como testigos: sus entrenadores, Jaume Artigues y Toni Ramis, y su padre Gabriel, que también había echado horas de trabajo con su hijo para que perfeccionase su lanzamiento.

Tras ello, fue a Málaga. Pepe Laso daba una semana de alta tecnificación. "Los clubes de ACB nos iban contratando para hacer las semanas de campus de post temporada, y en la que nosotros estamos acostumbrados a ver gente joven", destaca.

Y en el caso de Abrines, lo que a Pepe Laso le sorprende es su desparpajo. "El primer día en que nos metemos a jugar, estando en la cancha jugadores del nivel de Freire y Lima, además de gente muy importante viendo el entrenamiento como el propio Aíto García Reneses y su ayudante, lo ven y les sorprende la facilidad con la que se puso a jugar, como si de un entrenamiento normal y corriente se tratara", explica. Con todos esos focos de atención, otro jugador se habría asustado. "Álex no, tuvo el mismo desparpajo que el que mostraba cuando jugaba en La Salle, y lo hizo todo tan fácil que convenció a todos" recuerda Álex Pérez.

Al tercer día le ficha el Unicaja

"Invitamos a Abrines y al tercer día ya lo tenía fichado el Unicaja. Sorprendió lo desconocido que era y su calidad. Nadie lo conocía", recuerda Laso. Curioso y sintomático

"Era un jugador olvidado por todas las selecciones, olvidado por todo el mundo. Por tanto, el mérito de todo lo que le está sucediendo es suyo", señala Laso tajante y rotundo. El 'método FEB' reventaba en mil pedazos ante este error de bulto. Posteriormente, sí que fue al combinado nacional, engordando su currículo deportivo. Pero ya apostando a ganador.

En este sentido, Pérez no puede evitar sentirse muy orgulloso "de haberle ofrecido a Álex una salida distinta y ver dónde ha llegado".

Una salida que no se hubiera producido si a este desgarbado chaval no le hubiese 'dado bola'' su entrenador en La Salle, Pep Palmer. Un pozo de sabiduría en lo que al deporte de la canasta se refiere y que supo dosificar su presencia en cancha a la perfección. "Lo tenía clarísimo. Lo vi en una final de minis en Santa María, ya que curiosamente el equipo de La Salle dependía del Alcúdia, y ya me llamó mucho la atención. Cuando me dijeron que era el hijo de Gabi pensé 'si no se estropea llegará muy lejos, y con los padres que tiene, no se puede perder'. Al volver a La Salle, tenía muy claro que tenía que ir al senior y que el competir en una categoría más dura le vendría muy bien", relata Pep Palmer.

También recuerda que "no solo no fallaba a ningún entreno, sino que ya mostraba una cabeza muy privilegiada para este juego". "A muchos les gusta el baloncesto, otros lo quieren y Álex lo quiere en grado superlativo. Así, será capaz de cumplir en todo; y si no llega será por factores externos, lesiones o similares", afirma, dándole suma importancia en su desarrollo deportivo personal a sus padres, Gabi y Arantxa: "Sin ellos no hubiera llegado donde está. Los padres no juegan, pero pueden hacer que los hijos lleguen a jugar estupendamente bien. Ningún jugador, por muy buenas condiciones que tenga, puede llegar lejos si no tiene el apoyo, como lo ha tenido Álex, de sus padres".

NBA y selección

Todos coinciden en señalar que está en su mano triunfar en la NBA. Álex Pérez reconoce que "los jugadores se adaptan. Y Álex ya ha demostrado que lo puede hacer. Puede entrenar al máximo nivel y jugar lo que tenga que jugar. Está muy bien educado, ya que en La Salle se hizo un gran trabajo con él".

"Le va a pasar un poco lo que le sucedió en su momento al brasileño Tiago Splitter; el primer año es de adaptación al juego para ver físicamente cómo es la liga, y poco a poco irá cogiendo responsabilidades. Para nada se va a arrugar", afirma.

Del mismo parecer es Pepe Laso, aunque recuerda que "la parte bonita es el contrato, el fichaje, los momentos que estamos viviendo. Lo difícil es el duro invierno. El que se queda con los 'mihuras' es él, solo. Va a triunfar si va dispuesto a un sufrimiento máximo, una voluntad máxima".

"No le van a apretar en el tiempo. Pero tiene que darse cuenta de que va a una sociedad mucho más competitiva, encontrándose jugadores de físicos esplendorosos. No lo tendrá fácil. Lo fácil lo está viviendo ahora, con la fotografía, el contrato, etcétera. Lo difícil empezará a partir de octubre", sentencia Laso.

De momento, la historia de su estancia en Oklahoma City Thunder está pendiente de escribir. Pero todo esto no estaría sucediendo si un día a un técnico no se le hubiese ocurrido acercarse a ver un partido de categoría autonómica, para descubrir a un 'olvidado' que ahora ya no lo es tanto: Álex Abrines.

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