Se emocionó como un niño cuando vio al cerca de medio centenar de personas que le esperaban, como un héroe, en la zona de llegadas del aeropuerto de Son Sant Joan, después de conseguir su billete para los Juegos de Río de Janeiro. El boxeador mallorquín Youba Sissokho Ndiaye aterrizó en la isla habiendo cumplido un sueño. Pero quiere más. "Vamos a luchar por las medallas. Hay posibilidades porque durante cuatro o cinco años nos hemos enfrentado a los mejores del mundo y estamos ahí arriba. Sabemos que lo podemos conseguir", pronunció ambicioso ante los periodistas. El palmesano, de origen senegalés, incluso se atrevió a tocar un instrumento junto a su padre, eufórico. "Uno se queda sin palabras, ha sido un camino duro y la recompensa ha valido la pena. Estoy muy contento, esa es la verdad", apuntó después de haberse abrazado a sus familiares, amigos y aficionados. El presidente de la Federación Balear de Boxeo, Manuel Sánchez, así como el entrenador con el que se inició Sissokho, Francisco Sánchez, le felicitaron en la terminal, mientras que el Govern lo hará hoy distinguiéndole con la insignia Olímpicos IB que reciben todos los baleares que acudirán a Brasil.

Sissokho alcanzó la gloria el pasado viernes, justo cuando ya no le quedaban más oportunidades. Derrotó por 3-0 al indio Goyat Neeraj en el combate por el tercer y cuarto puesto de peso Welter (-69 kilogramos) del último clasificatorio para Río de Janeiro, en Vargas (Venezuela), donde enganchó, así, su primera clasificación a unos Juegos Olímpicos. El púgil isleño, que no pudo conseguir el pase a la primera al caer en semifinales ante el mexicano Juan Pablo Romero Martín, no desperdició esta última oportunidad para unirse a Samuel Carmona -el otro representante español- en esta próxima cita olímpica.

El vigente campeón de España en 2015 y 2014, que también fue bronce en el campeonato de Europa de 2015 celebrado en Samokov (Bulgaria) y plata en los Juegos Mediterráneos 2013 en Mersin (Turquía), no tuvo piedad del indio, al que superó a los puntos en los tres asaltos. Fue un combate desigual, en el que Sissokho impuso su mayor pegada y calidad técnica ante un rival que aguantó el tipo pero que se mostró claramente inferior al mallorquín, que no pudo disimular su alegría por su primera clasificación olímpica, todo un hito en su palmarés.

Sissokho confesó que lo pasó mal, aunque confiaba en sus posibilidades de éxito después de tantos años de trabajo: "La verdad es que lo vivimos con muchos nervios, tanto mi equipo, como mi familia y seres queridos porque estaba a un paso de conseguirlo todo o perderlo todo. Al final ha salido bien". Y tanto. Ahora el mayor premio le espera en Brasil.