Trágica jornada para el deporte mallorquín. Luis Salom, con tan solo 24 años, falleció ayer en los primeros entrenamientos del Gran Premi de Catalunya, en el circuit de Catalunya. Faltaban 25 minutos para concluir la segunda sesión de entrenamientos de Moto2. De pronto, todo el mundo elevó los ojos hacia los monitores. Algo había pasado en la curva 12, precisamente la que precede al giro que da entrada a la recta de meta de Montmeló. La 12 es aquella curva, con una pobre escapatoria, que la F-1 había rechazado y esquivado obligando al Circuit a construir una chicane para que los bólidos driblaran el maldito giro. Cuentan que, cuando el Circuit presentó el trazado de F-1 a los pilotos de MotoGP, Marc Márquez fue el único que pidió ese diseño para las motos. Y Valentino Rossi el primero que se negó a adoptarlo.

En esa arena, aunque oficialmente murió en el quirófano del Hospital General de Catalunya, a 20 minutos del Circuit, falleció Salom, después de perder, él solo, el control de su moto. "Lo único que he visto, yendo detrás de Luis, ha sido que ha perdido su rueda delantera, se ha caído y ha empezado a deslizarse hacia el muro en paralelo a su Kalex", contó el portugués Miguel Oliveira, que iba detrás del fallecido.

Moto y piloto cruzaron la arena a gran velocidad, pero en paralelo. La Kalex cinco metros por delante de Salom. Así que la máquina golpeó primero las defensas que protegen el muro y la moto se convirtió en un molinillo. Justo en su segundo giro sobre sí misma, la Kalex pilló a Salom, que llegaba resbalando y le destrozó el cuerpo. Salom ni siquiera llegó a impactar con el muro.

Llegaron los dos coches médicos con el salvavidas doctor Ángel Charte más dos ambulancias. Pero no se pudo hacer nada. Salom estaba muy dañado. Decidieron llevar el helicóptero del RACC hasta la escapatoria pero, de inmediato, ordenaron trasladar a Luis en ambulancia. No muy rápida, sin sirena, sin precipitación. Estaba claro que dentro había alguien más que herido.

A las 16.55

En el Hospital General de Catalunya no pudieron obrar el milagro y Salom falleció, de forma oficial, a las 16.55 horas. "Con mucha tristeza tenemos que anunciar que, en la curva 12 del Circuit, ha fallecido Luis Salom", dijo, con voz entrecortada, el italiano Giancarlo Di Filippo, responsable médico de la Federación Internacional (FIM). Según una nota del equipo médico de MotoGP, Salom permaneció en parada cardiaca desde el mismo momento del accidente. "En los misma pista, se procede, vista la gravedad de la patología, a la liberación de la vía aérea respiratoria procediendo a intubación orotraquial y a reanimación cadiopulmonar (RCP), explica el comunicado oficial. A continuación, se procede "una vez fijado con collarín cervical, a la colocación de vías periféricas (sueros) y masaje cardíaco. Se hace medicación periférica para estabilización cardiopulmonar y hemodinámica permaneciendo, desde el momento de la llegada a la zona, el piloto en asistolia (parada cardíaca)". "Una vez en el hospital", continúa, "y con buen criterio se traslada al paciente al quirófano para someterlo a una laparotomía exploradora por parte del equipo quirúrgico del HGC. El paciente es declarado exitus letalis a las 16:55" .

Hace cinco años falleció el popular y cariñoso Marco Simoncelli en Sepang (Malasia) al ser arrollado y golpeado por otros pilotos. Ayer se produjo la tercera muerte en 25 años de existencia del Circuit. La acreditación del campeonato dice, en su primera línea, "los deportes de motor pueden ser peligrosos". Eso lo sabemos todos y, por descontado, lo sabía y padecía la mamá de Luis, la maravillosa Maria Horrach, que no se separaba de su hijo ni medio metro ni medio minuto. Es más, fue ella quien le entregó el mono nuevo antes de esa segunda sesión. Luis estuvo a punto de rechazarlo porque, dijo, "mamá, quiero el viejo, el que me están cosiendo, ese es el bueno". Y, sí, puede que lo fuese. No fue culpa de mamá, no, fue pura fatalidad. A Salom tampoco le sirvió de mucho el padre nuestro que rezaba antes de cada ensayo y gran premio.

El día que el Mundial convirtió en leyenda al campeón Àlex Crivillé, María perdió a Luis. No hubo consuelo ayer para María, para su esposo Luis, el hijo mayor del abuelo Toni Salom, el creador de una maravillosa saga de pilotos mallorquines.