El artefacto hallado en el estadio de Old Trafford, en Manchester, era un objeto utilizado por una empresa privada en entrenamientos con perros entrenados para localizar explosivos. La Policía ha detonado el objeto -un móvil con cables y una tubería- ante la sospecha de que se pudiera tratar de una bomba.

"Tras la explosión controlada de hoy hemos descubierto que el objeto era de entrenamiento y que quedó abandonado de forma accidental tras un ejercicio de una empresa privada con perros entrenados para localizar explosivos", ha indicado un portavoz policial, John O'Hare.

El hallazgo del artefacto provocó el desalojo del estadio minutos antes de la hora en la que estaba previsto el comienzo del último partido de la Liga inglesa del Manchester United. Tras la explosión controlada la Policía concluyó que no era una bomba "viable".

"Aunque no era un explosivo viable, parecía auténtico y la decisión de evacuar el estadio fue la correcta para cerciorarnos de que no había riesgo para la gente", ha añadido O'Hare.

Todo comenzó cuando la propia seguridad del estadio localizó el artefacto sospechoso, que aparentemente constaba de un teléfono móvil adherido a un tubo y varios cables, tras el aviso de un aficionado. El artefacto estaba en uno de los baños de la esquina noroccidental del estadio, según informa el diario 'The Guardian'.

Miles de espectadores habían entrado ya en el estadio cuando a las 14.40 se emitió una alerta de "operación de código rojo" por megafonía. La evacuación se realizó de forma ordenada y los jugadores, que en ese momento estaban calentando, abandonaron el terreno de juego, apunta la cadena británica BBC.

La detonación fue realizada a las 16.30 horas (17.30 hora peninsular española). La Grada Sir Alex Ferguson y la Grada Stretford End habían sido evacuadas tras la alerta y de inmediato comenzó la revisión de todo el estadio con perros rastreadores.