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Análisis

Territorio comanche

Son la cara y la cruz. No tienen nada que ver uno con otro. Ni sus entornos, ni sus motos, ni sus equipos, ni sus estilos, ni su personalidad, ni su labia, ni su imagen. Pero son, sin duda, pese al voluntarismo, categoría, experiencia, veteranía y arrojo de Valentino Rossi y la regularidad y perseverancia de Pedrosa. Lorenzo (Yamaha, Catar y Francia, 90 puntos) y Márquez (Honda, Argentina y Austin, 85 puntos) son los líderes del MotoGP, los grandes favoritos y los únicos que han sumado ya dos victorias. Y, sí, dos caídas, pero caerse se caen todos por culpa de los nuevos Michelin, que aún no están a la altura de los viejos Bridgestone.

Lorenzo y Márquez lucieron ayer la misma sonrisa, pero distinto discurso. Se piropearon el uno al otro, sí. El tricampeón mallorquín de MotoGP reconoció que "hasta ahora, Marc ha estado disimulando, disfrazando, tapando con su gran pilotaje, con sus dos victorias, con su arrojo la inferioridad técnica que Honda tiene con respecto a nuestra fantástica Yamaha".

Y el bicampeón más joven de la historia de la categoría reina elogió "la frialdad, la certeza, la precisión y la regularidad con la que Jorge gana las carreras, que parece fácil, sí, pero no lo es, no, dar 28 vueltas a Le Mans sin error es casi imposible y Jorge lo ha hecho con precisión matemática". Lorenzo ha conseguido algo que, hasta la fecha, no había logrado nadie: arrebatarle el liderato de MotoGP a Márquez, que siempre lo había mantenido una vez encaramado a lo alto del Mundial.

"Va, son datos, estadísticas. Ya todos tenemos un cero, aunque Marc ha arañado tres puntitos aquí, en Le Mans, que, tal y como va el Mundial, igual son valiosísimos". Lorenzo reconoció que la única instrucción que dio a su muro fue "que me avisasen con un Marc OUT", si Márquez se caía.

"Me caí sin forzar, me caía porque estos neumáticos, que cada vez son mejores, sí, pero que cambian mucho de entrenamientos a carrera, no avisan", reconoció Márquez. "Mi moto no está al nivel que quisiéramos. He ganado en Argentina porque la carrera se dividió en dos y en Austin porque es mi casa, pero en Jerez ya me costó subirme al podio y, en Le Mans, no podíamos seguir a las Yamaha. Pero no pienso llorar, no. Voy a seguir sumando puntos y esperando que Honda, que lo logrará, encuentre cómo solucionar los problemas de aceleración que sufrimos aunque los motores están cerrados y no se pueden cambiar".

Y, ahora, los dos, los dos enemigos de Rossi, visitan, dentro de quince días, Mugello, territorio comanche, como reconoció en broma Lorenzo. "Mi circuito favorito", dijo el mallorquín, que ha ganado cuatro veces en cinco años.

"Ojalá los tifosi se porten con educación, pero me temo que la rabia de la derrota sufrida, el pasado año, por Valentino sigue estando viva en su público y no creo que desaparezca, no". "Yo solo voy a correr, ya se apañarán", dijo el piloto catalán Márquez, que insiste en que "yo aquello ya lo he superado", relató el piloto catalán.

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