Si el partido del Palma Futsal era histórico, no iba a ser menos la imagen que ofreció el Palau d'Esports de Son Moix en la noche de ayer. No cabía ni un alfiler. Mallorca entera se volcó con el equipo como hacía tiempo que no lo hacía por ningún otro conjunto de la isla. 3.800 personas llenaron el Palau y animaron a los jugadores de Juanito hasta conseguir el billete para la final de la Copa del Rey, que se disputará en Sevilla el próximo mes de mayo, en fecha todavía por determinar.

Entre toda la gente presente en el Palau se encontraban caras conocidas del deporte balear como el consejero delegado del Real Mallorca, Maheta Molango, que estuvo acompañado por el embajador del club Iván Campo y el técnico del filial Javier Olaizola. Tampoco quisieron perdérselo Brandon, Company y Costas. Además, gran parte de las directivas y jugadores del Atlético Baleares, Llosetense, Collerense o Palma Air Europa acudieron al Palau y no se quisieron perder una cita histórica del deporte mallorquín. Xavi Sastre, director deportivo y entrenador del Palma Air Europa, y la extaekwondista Brigitte Yagüe. también se dejaron ver en las abarrotadas gradas. En el palco, presenciaron el partido autoridades de la política balear como el vicepresidente del Govern, Biel Barceló; el director general d'Esports, Carles Gonyalons, o el alcalde de Palma, José Hila. Junto a ellos, el presidente de la Federación Balear de Fútbol, Miquel Bestard, y el seleccionador nacional, José Venancio López, que recibieron el homenaje del Palma Futsal en los prolegómenos del partido, así como los dos jugadores del Barça Lassa que se proclamaron campeones de Europa hace poco más de una semana, Paco Sedano y Lin.

Además, la plantilla mallorquina agradeció al público su presencia tras el saludo entre ambos equipos lanzando camisetas oficiales del equipo a la grada. Durante el encuentro la hinchada verde no dejó de animar y de protestar las acciones arbitrales que perjudicaban a los isleños. Especialmente la curva del Palau en la que siempre se sitúan los Ultras del Palma Futsal, que llevaron la voz cantante de una afición que, como pidió Juanito en al previa, marcó el primer gol y que se desató en cada uno de los tantos del conjunto local. En los últimos minutos la grada explotó contra los árbitros por las últimas decisiones, pero en seguida Son Moix se convirtió en una olla a presión que alentó a los suyos. Con el bocinazo final el Palau estalló de júbilo y la afición celebró con la plantilla el hito conseguido por los pupilos de Juanito.