Solo le faltó el segundo gol al Atlético Baleares. O que el único contraataque del l´Hospitalet bien trenzado en toda una segunda parte no acabase tan fácilmente al fondo de las mallas. Al cuadro blanquiazul visto ayer en Son Malferit poco se le puede reprochar. Delante tuvo a un rival muy bueno, que supo a lo que jugar y que hombre por hombre cuenta con una notable plantilla.

Los palmesanos pueden darse por contentos con el punto conseguido, aunque bien pudo sumar los tres, o quizás quedarse con un palmo de narices y ceder el triunfo a un rival que, recordemos, al cuarto de hora estrelló un balón al palo. Fue una pena máxima cometida de forma clara por Juanjo sobre Gerard Oliva y que David Corominas dilapidó, estrellando su lanzamiento al palo derecho del marco de Vicenç Sabater.

Con anterioridad a esta circunstancia, el Atlético Baleares ya dominaba el partido con acciones dentro del área de la dupla Chando-Jurado que, por poco acaban en el fondo de las mallas. Encorajinados por la pena máxima marrada por el ´Hospi´, los de Cristian Ziege empujaron más si cabe a un rival al que las tablas le salvaban de llegar al descanso malparado a nivel de marcador.

Primero, un gol anulado a Chando por fuera de juego del atacante local y después, un libre directo de Xisco Hernández -el mejor un día más de los blanquiazules- dejaron bien a las claras la intención de los locales de llevarse el duelo. Pero, al intermedio, lo único que se llevaron a vestuarios fue el marcador inicial (0-0).

El arranque del segundo periodo servía de aviso para los de Martí Cifuentes. Un centro de Fullana por la derecha completado por el latigazo desde fuera del área de Xisco Hernández obligó a Aulestia a lucirse de lo lindo. El Atlético Baleares acorralaba a su oponente y Xisco estrelló el balón en la madera.

Y de lo que podía haber sido el 1 a 0, se pasó al 0-1 en cuestión de minutos. El recién entrado Iván Guzmán, yéndose por su costado izquierdo, colgó el balón a la zona de influencia de Wiemann y Esteban. El primero llegó tarde y el segundo ni apareció. Gerard Oliva empujó el esférico al fondo de las mallas. Con el gol en contra, el partido se puso muy cuesta arriba para los de Ziege.

El técnico alemán quitó a un ayer desangelado Malik y puso a Kike López en su lugar, pero los minutos pasaban y apenas había ocasiones locales. Pero la segunda amarilla que vio Aleix Coch dio alas al Atlético Baleares. Fullana, Rodri y Rubén Jurado avisaron al cancerbero visitante de que el gol iba a llegar. Y llegó en el descuento, en un centro medido de Xisco Hernández que sirvió para que Chando Torres en plancha salvase los muebles de lo que hubiese sido una injusta derrota.