Las declaraciones de Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), de que le gustaría que Rafel Nadal fuera el abanderado español en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río, que se disputan el próximo mes de agosto, han puesto al tenista mallorquín de nuevo en la línea de salida para liderar el desfile del equipo español. Blanco dijo ayer que, aunque la decisión la tomará en marzo la junta de federaciones, "hay un deportista al que España le debe ser abanderado en los Juegos, que se llama Rafa Nadal", dijo Blanco en declaraciones a Libertad Digital.

"Nadal ya fue nombrado abanderado de los Juegos de Londres y luego no pudo acudir porque se lesionó. Nadal le ha dado mucho al deporte español y a la sociedad española y una forma de compensar eso a un deportista que ha sido campeón de todo y campeón olímpico (en Pekín 2008), sería que él fuese al abanderado. Pero lo tiene que decidir la junta y espero que lo decida en marzo", comentó.

El presidente del COE indicó que la normativa dicta que el abanderado sea el deportista con mejores resultados en Juegos Olímpicos. "Pero cuando hay un deportista como Rafa, que ya fue nombrado abanderado, el deporte español le tiene que ceder ese honor, con mucho orgullo, además", insistió.

Nadal, campeón olímpico en Pekín 2008, vio frustrado su deseo de ser el abanderado español en los pasados Juegos de Londres 2012 al retirarse quince días antes del inicio de la gran cita olímpica debido a una lesión. Casi sin tiempo para buscar un sustituto, el Comité Olímpico Español (COE) decidió que fuera el baloncestista Pau Gasol quien portara la bandera en el desfile inaugural.

Nadal, que se vio obligado a renunciar a participar en Londres por tendinitis en las rodillas pocos días después de ser presentado como el abanderado de España, definió su renuncia como "uno de los días más tristes" de su carrera.

El mallorquín, que aquel año protagonizó una de las sorpresas al ser eliminado en segunda ronda de Wimbledon por el checo Lukas Rosol, ya dio la señal de alarma a principios de julio cuando suspendió una exhibición que tenía prevista con Novak Djokovic en el Santiago Bernabéu, precisamente por la tendinitis en las rodillas para las que le diagnosticaron quince días de reposo. Esta lesión le impidió jugar en lo que quedaba de año, renunciando, entre otros, al último grande de la temporada, el Abierto de Estados Unidos.

En sus múltiples comparecencias públicas, el número cinco del mundo, recientemente eliminado en primera ronda del Abierto de Australia por su amigo Fernando Verdasco, ha manifestado que uno de sus objetivos de esta temporada es realizar un buen papel en los Juegos de Río. Inalcanzable Djokovic, gran favorito para colgarse la medalla de oro, el tenista de Manacor aspira por lo menos a colgarse lo que sería su segundo metal en unos Juegos, tras el oro conquistado en Pekín al derrotar en la final al chileno Fernando González.

Nadal es el único tenista del mundo que puede presumir de contar en su historial con al menos uno de los cuatro grandes y un oro olímpico, algo a lo que aspira este año Djokovic, a quien, además del título olímpico le falta en sus palmarés Roland Garros para completar todos los títulos de Grand Slam.