En una carrera antológica, propia de un profesional de primer orden internacional, el conductor mallorquín Guillem Roig conquistó ayer su segunda victoria consecutiva en París-Vincennes a las riendas del caballo francés Bicolore.

Un triunfo de mucho mérito y resultado de la extraordinaria capacidad demostrada por el piloto a la hora de asumir riesgos, convencido de las posibilidades de su pupilo. Para eso, remontó por el exterior a la totalidad de sus 17 rivales del 'Premi Sarlat', tras verse obligado a partir retrasado, en segunda línea, despues de forzar una de las salidas nulas de la carrera. Una condena que le relegó en un principio a la última posición y a la obligación de recuperar mucho terreno para luchar por las primera plazas. Objetivo que logró a lo largo de la larga recta de contrameta del circuito de Vincennes, camino de su famosa monté.

A 500 metros de meta Bicolore ya rodaba en segunda posición, con Guillem Roig lanzándolo a por un rival que rodaba en primera posición, destacado, y que se desmontó a la entrada de la última recta. Un fallo que sirvió el triunfo en bandeja al conductor mallorquín y al caballo de su entrenamiento en París-Grosbois. Un éxito que les reportó un premio por valor de 19.800 euros, tras rodar a un notable promedio kilométrico de 1:14'2 minutos sobre 2.700 metros.

Con desigual fortuna, el 'Prix de Sarlat' también lo disputó el profesional mallorquín Biel Pou, a las riendas del doble nacionalidad Bruno Bakalao, del entrenamiento de Toni Ripoll. Un caballo que entró en meta en cuarta posición, rodando a 1:14'5, pero distanciado -por trote irregular- a lo largo de la recta final.

Tampoco resultó positivo el debut ayer en París de la campeona Boira de Llevant, bajo la dirección de Toni Frontera. La hija de From Above evidenció desde un principio problemas de paso y se quedó sin guía. Primero rodando por el tercer carril y después cuando logró instalarse en el segundo. Malas posiciones para afrontar una carrera de 2.100 metros, en la que en todo momento se rodó a ritmos por debajo de la media de 1:13. Boira de Llevant pagó su falta de sincronización y sus sobreesfuerzos, cediendo completamente a lo largo de los últimos 500 metros, para terminar en meta ocupando la undécima posición.