El Institut Municipal de l'Esports (IME) ha puesto en marcha un proyecto piloto para alargar la vida útil del césped artificial de los campos municipales de Son Fuster, donde juegan el Son Oliva y San Francisco.

La vida útil de un campo nuevo es de diez años y la inversión es de 217.800 euros (IVA incluido). Este novedoso sistema que permite un ahorro de 17.780 euros al año en mantenimiento -tiene un coste por campo de 20.000 euros- y consigue alargar su vida útil cinco años. El trabajo consiste en descompactar y extraer el caucho que hay debajo del campo, de manera que, después de este proceso, se consiguen recuperar unos cuatro o cinco centímetros de césped en perfecto estado y que estaba oculto bajo este caucho compactado. Este proyecto nace de una propuesta de Salvador Mateu, presidente del Son Oliva.