El escocés Andy Murray, número 2 del mundo, se clasificó para disputar por quinta vez en su carrera la final del Abierto de Australia al doblegar con enormes dificultades (4-6, 7-5, 6-7, 6-4 y 6-2) al canadiense Milos Raonic, que solo cedió cuando una dolencia en el muslo mermó sus facultades. El tenista británico impidió con su triunfo que el mallorquín Carlos Moyá pudiera disputar su primera final como entrenador, ya que el palmesano se ha incorporado al cuerpo técnico de Raonic en el Grand Slam australiano.

Moyá, primer jugador español en exnúmero uno del circuito mundial, estuvo en la grada del Melbourne Park dirigiendo a su nuevo pupilo en el que ha sido su estreno como entrenador en el circuito profesional. En 2014 ya fue el capitán del equipo español de Copa Davis.

Murray volverá a luchar por su primer título en Melbourne, donde ya perdió la final de 2010 ante el suizo Roger Federer y las de 2011, 2013 y 2015 ante el que también será su rival mañana domingo, el serbio Novak Djokovik.

Raonic, 14 del mundo y solo por segunda vez en una semifinal de Grand Slam, fue atendido en dos ocasiones por los servicios médicos en el muslo derecho y al final del cuarto set acusó un bajón notable en su juego, que Murray aprovechó para golpear a placer y con una continuidad que el servicio del canadiense había impedido hasta entonces.

A Murray le costó unos minutos meterse en el partido. Perdió su saque en blanco en el primer juego y en el segundo desaprovechó una ventaja de 0-40 para recuperarlo, lo que colocó a Raonic con 2-0. Entregado a la causa del saque y volea, el canadiense se mantuvo siempre en el partido, ganando el primer set y el tercero, hasta la quinta manga, casi un paseo para Murra. A sus 28 años, el escocés jugará su novena final de Grand Slam. La anterior fue hace un año también en Melbourne, ante Djokovic, que le derrotó por 7-6, 6-7, 6-3 y 6-0. El número uno volverá a ser favorito: ha ganado a Murray en 21 de sus treinta choques anteriores.