Cuando Joan Toni Riera está inspirado -o motivado- sus rivales poco, o nada, tienen que hacer. Especialmente si conduce a un caballo de carreras, a un extraordinario animal o a un campeón. Como le sucedió ayer, a las riendas del rubio Bo Pou Rafal, en la XXX edición del 'Critèrium dels 4 Anys-El Corte Inglés' que se disputó en el Hipòdrom Son Pardo.
Una clásica en la que el alazán franco-mallorquín, criado y propiedad del artanenc Damià Ginard, derrotó por segunda vez -en un mano a mano- a la campeona nacional Boira de Llevant. Gran favorita en la salida, y que en la última curva ya avisó de que no estaba para alardes a su conductor y entrenador, Toni Frontera.
Es Boveret, apostando desde un principio por llevar la iniciativa, conquistó una victoria de genio. Un éxito más de lujo para la gran leyenda viva del trote mallorquín. Un conductor cuyo repertorio no acepta comparaciones y que se exprimió a las riendas de Bo Pou Rafal. Un caballo que venía de ser ampliamente batido el 2 de noviembre por Boira de Llevant y que ayer, a la hora de la verdad, en una grande, se dio un auténtico festín a costa de Boira de Llevant. La yegua que en mayo del 2014 le negó la inmortalidad que concede ganar el 'Gran Premi'.
Ante eso, Bo Pou Rafal agradeció la decisión de Riera de instalarlo desde un principio por delante de la posición de la hija de From Above. Una Boira de Llevant a la que Frontera dibujó un recorrido en cuarta línea. Para reservarla, cuidarla y mimarla, que por algo viene de superar un calvario que apenas le ha dejado competir en los últimos 16 meses.
Con Bo Pou Rafal todavía en segunda posición, y por delante apagándose el exhausto Boris SAS, Boira de Llevant atacó a la cabeza de carrera a 600 metros de meta. Es Boveret la vio venir (la esperaba) y lanzó a dos a Bo Pou Rafal.
En un último parcial a 1:14'4 sobre 500 metros, el hijo de Job d'Udon respondió con consistencia al furibundo ataque de Boira de Llevant en plena curva. Una yegua que a la entrada de la recta ya demostró que no tenía su mejor día, especialmente cuando Bo Pou Rafal empezó a poner centímetros de por medio, hasta que en meta superaron la medida de un enganche. Una seria diferencia para una clásica resuelta a una discreta media de 1:17'1 minutos.
