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Entrevista

Morgan Bourc'his: "No siento dolor ni sufro, en el fondo del mar estoy relajado"

Bourc´his enseña cómo respirar en su ´master class´. ana peña

Morgan Bourc’his hace un alto en su clase a los invitados de Tudor para atender a DIARIO de MALLORCA. “Me gusta pensar que puedo estar sin necesidad de respirar”, dice cuando se le pregunta qué siente al practicar apnea.

-¿Cuándo y cómo se inicia usted en el mundo del deporte acuático de la apnea?

-En 1999, cuando era estudiante en la Universidad; empecé explorando este deporte y luego realicé varios estudios de cómo afectaba a la fisiología y demás. En la Universidad elegí deporte y opté por la rama científica, que realmente entronca muy bien con este mundo. Cuando empecé a estudiar el apnea también lo practicaba; todo lo que estudiaba luego, en la práctica, lo sentía en mi propio cuerpo. Me ayudaba a entender muy bien cómo funcionaba todo el proceso, era como una cobaya de mi propio experimento.

-¿Es peligroso este deporte?

-Sí, es un deporte extremo, pero al final nosotros calculamos todas las posibilidades para minimizar el riesgo. Nunca buceamos solos, siempre lo hacemos en grupo y nos vamos supervisando unos a otros. Y siempre seguimos un protocolo.

-¿Cuál es este protocolo?

-Con una embarcación nos adentramos en el mar para tener cierta profundidad, lanzamos una cuerda atada a un gran peso para que quede fija en el fondo, buceamos con la cuerda de guía, atados prácticamente a ella. El equipo que está abajo está monitorizado con el barco, tenemos un sónar y si alguien tiene problemas abajo todo el equipo actúa. También a los 20 o 30 metros de profundidad hay otras dos personas, por si el buceador que asciende tuviera problemas en la subida. Si se padece un síncope, siempre es en la subida o en la llegada a la superficie.

-¿Este riesgo hace impracticable este deporte para un niño?

-Se puede practicar para tu bienestar y para aprender a relajar tu cuerpo en una piscina, que es un entorno seguro. Vas viendo poco a poco, cuando paras la respiración... empiezas a ver cómo reacciona tu cuerpo, pulsaciones, capacidad pulmonar, etc.

-¿Cuál es el secreto para practicar apnea?

-Mi secreto ha sido entrenar mucho y hacer mucho deporte desde joven, esto me ha permitido llegar donde he llegado y conocer perfectamente mi cuerpo.

-¿Cómo debe prepararse una persona para evitar riesgos?

-Normalmente me levanto temprano para hacer ejercicios de respiración. Cuando estoy en el agua, de lo que se trata es de estar relajado y concentrado en lo que vas a hacer; no me hacen falta grandes sesiones de yoga de dos o tres horas de relajación, conozco perfectamente mi cuerpo y sé que en un periodo corto de tiempo estoy preparado para poder hacerlo. En invierno, con el cambio de temperatura, entro en el agua y hago progresivamente pequeñas inmersiones de apnea, que me sirven de preparación.

-Este verano desaparecía en aguas de Formentera la plusmarquista Natalia Molchánova, una mujer con mucha experiencia en apnea, ¿qué es lo que puede causar estas tragedias?

-Después de la tragedia toda la comunidad que practicamos apnea quedamos en shock, porque ella era la número uno tanto en categoría femenina como masculina. En aquel momento no estaba en una sesión de apnea, sino enseñando a unos jóvenes rusos en una sesión más de ocio y después se puso a hacer snorkel sin aletas. Creen que quizá en esa zona había corrientes o algo similar y que algo pasó, pero no sabemos exactamente qué pudo ocurrir.

-¿Qué representa para usted el fondo del mar?

-En la historia, la mitología relaciona el fondo del mar con temas de monstruos, muerte... Por esto quizás todos tenemos esta idea en el subconsciente. Cuando yo desciendo, a pesar de que estoy concentrado en mi cuerpo, te aseguro que hay una vida maravillosa allí abajo, nada que ver con la idea mítica o fantasmagórica que nos ha marcado la mitología.

-¿Qué sitios le han impresionado más?

-En Bahamas, una zona denominada el ‘agujero azul’ de unos 200 metros de profundidad. Nosotros bajamos hasta 80 metros, es una zona estrecha no muy grande y con poca luz, pero no hay corrientes ni viento por lo que la seguridad es mayor. Acuden muchos campeones del mundo para probar sus posibilidades. Si tuviera que elegir un sitio en particular elegiría mi ciudad, Marsella.

-¿Qué imagen de su carrera deportiva le ha impactado más?

-Lo que más me impactó fue en mi primer campeonato en Chipre en 2003, el ver aquel grupo de grandes aletas sumergiéndose a grandes profundidades, sin que aquello pareciera suponerles ningún esfuerzo.

-¿Qué especie marina le ha asustado o enamorado más?

-Los tiburones, por lo que representan en la imagen del colectivo; he nadado con ellos en Bahamas, Japón y Marsella y a pesar de la mala fama que tienen son animales fabulosos.

-¿Qué se siente al estar sin respirar en un fondo marino?

-No siento dolor ni sufro, me siento relajado y me gusta pensar que puedo estar en un sitio así sin necesidad de respirar, disfruto del momento sin pensar en el esfuerzo que voy a tener que realizar para la subida. Es una sensación como de estar protegido dentro de la placenta.

-¿Qué mar u océano prefiere para la práctica de apnea?

-Si tuviera que elegir uno, elegiría el mar Mediterráneo por la carga y significado histórico que tiene o por su color azul tan especial, aunque no sea tan rico biológicamente como otros mares u océanos.

-¿Está su familia preocupada por usted, ante tantas inmersiones que realiza?

-Por supuesto que algo de miedo padecen mis padres, aunque están orgullosos de que haya podido realizar esta trayectoria profesional. Aunque tengan miedo confían en mí, porque saben que hago las cosas correctamente.

-¿Qué sitios le faltan y le gustaría ir para practicar apnea?

-El golfo de México, las islas del Caribe o el mar de Cortés, en el golfo de California, donde dentro de unas semanas se celebrará una competición y no me dará tiempo a participar, aunque me hubiera gustado.

-¿Qué significa para usted el nombre de Jacques Cousteau?

-Fue el primero en descubrir las profundidades marinas y enseñárselas a la humanidad. Precisamente conozco a algunos de los compañeros de expedición del comandante Cousteau de la década de los 70 y 80, como François Serrano, que tiene una fundación dedicada también a proteger y cuidar el mar.

-¿Qué objetivos inmediatos tiene?

-Después de haber competido a tan alto nivel, me interesa un poco más la experiencia científica, crear un protocolo para realizar un ‘training’ (entrenamiento) ante unas condiciones de hipoxia hipobárica. Seguiré compitiendo, pero exploraré este lado científico

-¿Qué conoce de Mallorca y de la reserva marina de Llevant?

-Estuve hace 29 años con mis padres, me impresionó, era una isla preciosa con unas profundidades marinas muy bonitas y espero volver a disfrutarlas.

-Con un reloj Tudor Pelagos, como el que usted utiliza, se puede sumergir hasta 500 metros. ¿Cree que en un futuro es posible alcanzar esta distancia para un ser humano?

-Haciendo apnea es imposible llegar a estas profundidades. Sí con otras modalidades y equipos han llegado a los 250 metros, con equipos de buceo más completos; incluso a más, pero de todas formas bajar a estas profundidades no nos permitiría disfrutar del fondo ya que estaría muy oscuro.

-¿Es una herramienta útil el Pelagos para la práctica de la apnea?

-Por supuesto que es útil, porque medir el tiempo, la distancia y la profundidad es importante en esta disciplina. Ya no sólo el reloj, sino que Tudor desde sus inicios, ha estado ligado al submarinismo e incluso sus relojes han sido utilizados por grandes marinas, como la francesa o la estadounidense.

-¿Cuál es su deseo para el futuro?

-Poder continuar al nivel profesional que tengo y seguir construyendo con Tudor esta etapa que hemos iniciado juntos.

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