El piloto mallorquín de MotoGP Jorge Lorenzo, segundo en la clasificación tras el italiano Valentino Rossi, dijo ayer que no ve "imposible" conseguir el Mundial a pesar de la caída padecida en el Gran Premio de San Marino, que le privó de recortar la distancia respecto al líder. "Tengo menos presión que antes y no hace falta ganar todas las carreras, terminando por delante de Valentino (Rossi) bastaría para ganar el campeonato", explicó en un acto comercial en Barcelona.

Las esperanzas de Lorenzo pasan por la punta de velocidad de su Yamaha, que le permite ser "entre tres o seis décimas" más rápido que su compañero de equipo, a quien avisó de que "mucha calculadora tampoco puede utilizar". "Si yo tuviese menos velocidad que Valentino, sería más improbable ganar el campeonato", destacó.