El Cornellà, aferrándose al extraordinario partido ofrecido por su delantero ´tanque´ Enric y la labor incansable en retaguardia del ex mallorquinista Kenechukwu Uche -una asistencia de gol y mucho trabajo atrás- tumbó a un Atlético Baleares que ayer echó mucho de menos la presencia sobre la cancha de su ´mariscal´ en defensa, David Prieto, y que además asistió con sorpresa a la absurda e inesperada autoexpulsión de su otro hombre de cierre, Michael Wiemann, dejando en pinzas el centro de la zaga local.

Por lo demás, nada se le puede reprochar a los futbolistas de Gustavo Siviero, que lo dieron todo sobre la cancha, dominando y controlando a un Cornellà que supo ayer explotar las carencias defensivas locales.

Los de Jordi Roger, de salida lo tenían muy claro. Cuando no podían atacar en combinación, buscaban a Uche, ejecutando éste la misma acción de forma mimética a lo largo del partido: pase largo al hueco del nigeriano y control orientado de Enric, futbolista con el que soñarán durante semanas los ayer improvisados centrales del conjunto blanquiazul, Joan Vich y Esteban Muñoz.

Los catalanes se adelantaron en el marcador al filo del descanso, pero antes ya habían avisado. En el momento que Michael Wiemann regaló el balón a Fran Perea en la frontal del área blanquiazul, todo se precipitó. Agarrón del alemán para evitar la acción de gol del número once verdiblanco y roja directa para el teutón. Sin Prieto ni Wiemann, el parche que tuvo que improvisar Siviero en el centro de la zaga de poco le sirvió para contener a Enric.

Masqué y Fran Perea avisaron a Pliquett. La respuesta del Baleares, a balón parado, llegó con un saque de esquina de Kike López que no acabó en gol olímpico por bien poco. Todo parecía indicar que se llegaría al intermedio del partido con el cerocerismo en el marcador, hasta que Enric, rompiendo con un perfecto control la oposición de Vich y Esteban, cogió la directa entre ambos defensores, y sobre la salida de Pliquett, le picó el balón por arriba. Vich no pudo evitar lo imposible, subiendo el 0 a 1 al marcador. Y así se llegó al descanso.

Tras el intermedio, los blanquiazules saltaron a la cancha mucho más intensos. Y rápidamente igualaron el marcador. Una falta botada al área por Biel Guasp fue cabeceada por Rubén Jurado al fondo de las mallas. Fueron los mejores momentos de un Baleares encorajinado por sus aficionados, pero con problemas para percutir sobre la línea de flotación verdiblanca. Enric esperaba de nuevo su oportunidad, y la tuvo. De nuevo, robando la cartera a la zaga local, y con pierna derecha, ejecutó sobre su salida al cancerbero teutón.

Enric, con 1 a 2, tuvo el tercero en sus botas, y pese a que el Atlético Baleares echó el resto, con remates de Chando y Rubén Jurado -que acabó en el vestuario expulsado de forma inexplicable- el marcador ya no se movió, encajando los locales la primera derrota de la temporada.