-¿Cómo lleva el miedo escénico?
-Los músicos estamos sometidos a una situación bastante loca. Has de salir a tocar, tienes responsabilidad ante el público, te enfrentas a la pérdida del anonimato... Son cosas que se corresponden con la lógica de un bloqueo. Es mínimamente normal que te pase alguna vez. Todos tenemos momentos en los que te vienen las dudas, los miedos... Lo que pasa es que este tema ha trascendido mucho por lo que le pasó a Sabina, pero a cualquier compañero de profesión nos pasa también.
-¿Qué le ha llevado a formar parte de esta gira de LKXA, el programa joven de La Caixa?
-Es una oportunidad de tocar en la isla. Me apetecía mucho estar en Mallorca porque uno no siempre puede asumir los gastos de ir a tocar allí. Además hay un fin solidario detrás de la gira.
-Con su disco Pólvora, ¿empieza a saber cuál es su sitio en la música?
-Es complicado cuando uno quiere ubicarse en la música porque es un mundo fluctuante, en el que se sube y después se baja con facilidad. Creo que nunca hay que preguntarse qué lugar ocupa uno en el mundillo. A mí lo que me interesa es ir mejorando la manera de hacer canciones y que esa manera de comunicarme a través de la música sea propia. En este sentido, Pólvora se parece a lo que yo quería hacer con la música. Me siento cada vez más orgulloso de las letras.
-¿En qué cree que ha mejorado?
-A nivel de textos, para mí es importante decir más con menos, trabajar en esa línea de condensación, en que cada frase sea una punzada.
-Como en la poesía.
-La poesía es una dimensión que me queda grande, pero trato de contar cosas en mis canciones. Para mí lo importante es que éstas le hagan compañía a quien las escuche y que la gente se encuentre a sí misma en ellas.
-¿Por qué otras cualidades ha sustituido la urgencia y la inconsciencia con la que se hacen canciones a los 19 años?
-Ahora tengo 34. Yo lo que pienso es que las canciones son fotos vitales de uno mismo. Esa urgencia, inconsciencia y falta de conocimiento del medio a los 19 años, esa rebeldía y ganas de incordiar no menguan, pero sí que se transforman en algo que cada vez tiene más que ver con quien uno es. Cuando empiezas, te quieres parecer a otros y hacer ruido. A mí ya no me interesa eso. Yo ahora lo que quiero es que mis canciones sean lo más honestas posible, que tengan que ver conmigo.
-¿Qué tipo de dinamita hay en Pólvora?
-Hablo de emociones. Tenía unas maquetas escritas que las conservaba un buen amigo mío, el que me hace las críticas que uno nunca quiere oír, y me dijo que esas canciones tenían una emoción que olía a pólvora. Me quedé con esa palabra grabada y pensé que sería un buen título para el disco.
-En este momento de honestidad, ¿con qué músico le gustaría colaborar?
-Siempre me gusta trabajar con Joaquín Sabina. He producido y he hecho varias canciones con él. Sabina es alguien con quien siempre me apetece trabajar. Por otra parte, con quien me encantaría poder hacerlo es con Serrat, quien para mí representa todos los valores que me gustan.
-¿Hay demasiada pólvora en el país?
-Lo que hay es una crisis de valores brutal. Sólo hay una cosa que me gusta de este momento actual: la sensación de que tenemos que disfrutar intensamente de lo que hacemos los que nos dedicamos a mi oficio porque no sabemos qué va a pasar. Por otra parte, en el país todo son trabas y circunstancias precarias en la sanidad, la educación y la cultura. El Gobierno está haciendo muchas cosas mal. Es algo que a mí también me toca vivir en mi día a día.
-Como artista que escribe canciones y se expresa públicamente, ¿qué opinión tiene de la nueva Ley de Seguridad de Ciudadana?
-Esa ley mordaza es la antilibertad, el antilugar al que nunca deberíamos llegar. Y, ya que soy un altavoz en cierto sentido al ser músico, he de decir que es un horror. Cada día nos atan más para que no nos podamos expresar. Anular o mermar el sentido de manifestación de las personas es para mí un atentado contra los derechos humanos.
-¿A qué discos se mudaría a vivir?
-La década de los setenta me gusta mucho. Por eso, me iría a vivir a cualquier disco de esa época de Leonard Cohen. Me parecen paisajes perfectos para estar. Cohen es el que pinta las mejores canciones y paisajes del mundo.
