Nadal tiene sucesor. Jaume Antoni Munar, un chaval de 17 años recién cumplidos, descarado, dispuesto a comerse el mundo, se clasificó ayer para la gran final del torneo junior de Roland Garros. Son palabras mayores. El último español que se metió, y ganó, fue Carlos Cuadrado en 2001, que sucedió a tenistas como Albert Costa y Jacobo Díaz.

Munar se impuso de manera clara al francés Quentin Halys, cabeza de serie número 5, por 6/4 y 6/2 en una hora y dieciséis minutos. 76 minutos de dura lucha bajo un sol asfixiante y con el ambiente en contra. La pista 3 estaba repleta de franceses, como no podía ser de otra manera, pero los gritos de ánimo de familiares y amigos del mallorquín se hicieron notar. Entre el público, Carlos Moyá, capitán del equipo español de Copa Davis, y Carlos Costa, agente de Rafel Nadal, acompañado de su hijo.

No empezó bien el de Santanyí el partido. En un visto y no visto se vio 3-0 en contra y con dos pelotas para el francés para el 4-0. Pero Munar, jaleado en todo momento por los suyos, se rehizo de manera tan sorprendente como espectacular, y se colocó 5-4. Munar cerró el set con saque directo. “¡Vamos!”, fue el grito de liberación del de Santanyí, que ya tenía medio trabajo hecho.

El segundo parcial comenzó como lo suele hacer Nadal, rompiendo el servicio de su rival y dejando las cosas claras. Era un mensaje al francés de que quería ir por la vía rápida, de que no le iba a dejar ni una rendija para que se metiera en el partido. La derecha, que busca constantemente para evitar el revés, le funcionaba de maravilla. Pero sobre todo el servicio, nada despreciable y sin duda su punto fuerte. En el segundo juego superó una pelota de rotura y en el tercero desperdició dos. El partido parecía decantado de su lado. Defendiéndose como un jabato desde el fondo de la pista, las continuas dejadas de su rival le delataban. El físico comenzaba a fallarle.

En el sexto juego puso una quinta marcha el mallorquín. Conservó su servicio en blanco y en el séptimo rompió. Era el 5-2. Con el servicio en su poder todo estaba preparado para cantar victoria. La consiguió. Un grito de desahogo con la mirada fijada en sus familiares fue su celebración, que festejó modestamente.

En la final que se jugará a partir de las 13 horas de hoy en la pista 1 le espera el ruso Andrey Rublev, cabeza de serie número 4, que se impuso al brasileño Orlando Luz. A Rublev ya le ganó Munar en Valencia hace dos meses por 7/6, 6/3, por lo que no sería una sorpresa que se alzase hoy con el título junior.

Pase lo que pase hoy, su gesta es importante. Es en estos momentos cuando viene a cuento recordar la anécdota que siempre explica Toni Nadal cuando su sobrino se proclamó campeón de España. Le enseñó una lista de los campeones, y solo unos pocos fueron alguien en el tenis. Sin ir más lejos, Cuadrado, el último campeón español en el torneo junior de Roland Garros, no pasó de la posición 222 en el ránking. Hoy se dedica al surf en Australia.