Hizo valer el 3-0 de la ida el filial bermellón y ayer recuperó en Granadilla de Abona la categoría perdida la temporada pasada. El Mallorca B empató a un gol en el Francisco Suárez tinerfeño, con un tanto de Cedric antes del descanso que neutralizaba la diana inicial de los insulares. Alegría en la expedición palmesana tras una gran temporada, certificada con una eliminatoria directa inmejorable.

Supo jugar sus cartas el conjunto bermellón. Conscientes que el equipo del Sur de Tenerife iba a salir en busca de un gol rápido, el filial del Mallorca cedió la iniciativa pero apenas concedió ocasiones en defensa. Gran labor en los primeros compases de la retaguardia mallorquina, desbaratando los primeros conatos de ataque de los del archipiélago canario. Los locales, por su parte, intentaron buscar con fútbol directo la portería custodiada por Martí, saliendo a por el parrtido desde el pitido inicial pero se encontraron con cuadro balear, ayer dirigido por Pepe Gálvez, que pese a la ventaja de la ida no planteo un partido a la defensiva sino que le jugo de tú a tú al cuadro canario.

No obstante, encajaría un gol antes de la media hora de juego. Javi Marchena remató al fondo de las mallas un servicio desde la esquina muy protestado por los baleares. Sin embargo, poco le duraría la alegría al cuadro anfitrión. Apenas siete minutos después, el nigeriano Cedric lograría un empate que afectó demasiado en lo psicológico al conjunto de Granadilla de Abona. Fue entonces cuando pesó demasiado el 3-0 de la ida y el partido se hizo cuesta arriba para los locales.

La segunda parte sobró por completo en el Francisco Suárez. El Mallorca B se dedicó a contemporizar, a jugar con el cronómetro ante un equipo canario que, con el paso de los minutos, veía cada vez más inalcanzable la remontada. Es más, durante muchos momentos pareció que los tinerfeños pensaban ya más en el sorteo del lunes que en la posible remontada ante un equipo mallorquín que pudo haber marcado otro gol más en la recta final.

Final a una campaña brillante del Mallorca B, campeón del grupo balear de Tercera, y ascenso por la vía rápida ante un Atlético Granadilla que nunca pareció incomodar a los de Gálvez. Ahora toca esperar lo que hace el Mallorca de Segunda para cantar definitivamente el alirón.