El Atlético Baleares no desaparecerá. Cinco personas acudieron ayer al rescate de la entidad blanquiazul, que anoche acometió una Junta de Accionistas vital para su supervivencia. Tras la dimisión del anterior consejo de administración y la posterior entrada en concurso de acreedores, ayer resultaba vital la elección de un nuevo grupo de consejeros. Además, se aprobaron las cuentas del pasado ejercicio y el presupuesto para la temporada 2013-14.

Afrontaba el club una situación especial. Más que nunca, la supervivencia del Atlético Baleares estaba en juego en una Junta de Accionistas que fue presidida por el expresidente Dani Fiol, el administrador concursal Demetrio Madrid y el abogado del club Toni Bennàssar.

Era el sexto punto del día. La elección del nuevo consejo de administración. Pero no fue fácil encontrar a quienes deberán hacerse con las riendas del club en cuanto la entidad deje de estar controlada por la administración concursal. No aparecía nadie, y cuando todo apuntaba al peor escenario posible, salió el primer valiente: Joan Palmer, el responsable del fútbol base balearico. Tras él comparecieron Toni Arnáiz, Sion Rotger, Joan Mascaró y Gori Matemalas, siendo este último el único que recibió algún voto en contra en la consulta que se les hizo a los accionistas. Todos ellos son personas que están muy vinculadas al Atlético Baleares desde hace años y muy conocidas en el entorno blanquiazul y por los aficionados.

Tras las votaciones, se confirmó que Palmer, Arnáiz, Mascaró, Rotger y Matemalas conformarán el consejo de administración del club, aunque hasta la semana que viene no se concretarán las funciones y cargos de cada uno. La única decisión que se adoptó es que Toni Bennàssar, el abogado del club, hará las funciones de portavoz de la entidad, aunque no formará parte del consejo. "Es un paso adelante para salvar al club", explicó Bennàssar, que reconoció que de no haber sido elegido un nuevo consejo "se iba a la disolución del club".

En la Junta General Extraordinaria de Accionistas, convocada en primera convocatoria a las 18:00 horas y en segunda a las 19:00, se procedió primero a la aprobación de las cuentas de la temporada 2012-13 y después se consultó si se daba el visto bueno al presupuesto de la campaña 2013-14, para el que está previsto un déficit que ronda los 250.00 euros. Ambos puntos se aprobaron sin dificultad.

Además, se procedió a explicar a los accionistas el proceso de conversión en Sociedad Anónima Deportiva del Atlético Baleares, que se ha extendido a lo largo de casi tres años y que ya está culminado, para su aprobación y visto bueno.

Por último, en el tramo final de la Junta de Accionistas también se le demandó a Fernando Crespí por sus acciones, las del empresario Tolo Cursach y las de la familia Horrach, ya que hace unos meses insinuó que prácticamente estaban dispuestos a regalarlas. El expresidente y uno de los máximos accionistas, insistió en que sus títulos "no supondrán ningún impedimento" para la entrada de otras personas en el club.