­Tras la decepción que supuso perder la final del Abierto de Australia, el pasado 26 de enero ante el suizo Stanislas Wawrinka, por intensos dolores en la espalda, Rafel Nadal inicia nuevos retos a partir de mañana, cuando, desde las diez de la noche hora española, debuta en el torneo de Río de Janeiro ante su compatriota Daniel Gimeno-Traver, número 84 del mundo. El torneo, sobre tierra batida, se le presenta al mallorquín como una nueva oportunidad de engrosar su gran palmarés sobre esta superficie. En Roland Garros, el pasado mes de junio, sumó su título número 42 sobre polvo de ladrillo. En Río opta a dar un paso más en su intento de acercarse al récord de Guillermo Vilas que, con 46 títulos sobre arcilla, es el rey del tenis sobre esta superficie, al menos en cuanto a número de títulos.

Su primer rival en su camino hacia el título no debe ser un problema. Gimeno-Traver nunca ha sido rival para el manacorí en las dos veces que se han enfrentado. La primera vez, en el Conde de Godó de 2011, con victoria para Nadal por un doble 6/1. La segunda, hace justo un año, en febrero del año pasado en el torneo chileno de Viña del Mar, el de su reaparición tras siete meses de ausencia de las pistas por una lesión, cuando se impuso en cuartos de final por 6/1, 6/4 en una hora y seis minutos.

En segunda ronda, al manacorí le esperaría el ganador del partido entre Albert Montañés y el holandés Robin Haase y en el horizonte de cuartos está Marcel Granollers. Nadal tiene unas hipotéticas semifinales con el olotí Tommy Robredo, cuarto cabeza de serie y que viene de alcanzar las semifinales en Buenos Aires. David Ferrer, campeón en la capital argentina, como segundo favorito, aparece por la parte baja del cuadro.

Nadal, que ayer asistió en el estadio de Maracaná al clásico brasileño entre el Flamengo y el Vasco de Gama, está soportando temperaturas asfixiantes en Río, lo que le dificulta a la hora de prepararse para este ATP 500, que será la previa de su presencia en el primer Masters 1.000 de la temporada, en Indian Wells, donde defiende el título conseguido el pasado año. Nadal dijo antes de partir de Palma y en rueda de prensa en Río de Janeiro que se encuentra un poco flojo y algo lejos de su mejor forma, pero que espera adquirirla con la disputa de los partidos.