rayan Angulo tiene razón. El contrato que firmó en 2007 con la empresa de representación radicada en Suiza Investfootball, es nulo. El colombiano, que ahora milita en el Granada de Primera División, rescindió su vínculo con la sociedad -en la que figuraban como socios Pedro Rosselló Cursach y Jovan Stankovic-, que denunció al futbolista al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y le reclamó un millón de euros.

En el contrato firmado en 2007, sin haber cumplido los 16 años, Angulo se comprometía a jugar donde le mandasen durante cinco años. La empresa, vinculada al empresario mallorquín Bartolomé Cursach, le envió al Leixoes portugués, luego al Deportivo, después al Rayo Vallecano de Segunda División -pese a que tenía oferta del equipo gallego para seguir en Primera- y después al Atlético Baleares, de Segunda B, cuando Cursach decidió ser el mecenas y el propietario del club.

Fue entonces cuando Angulo tomó la decisión de rescindir el contrato. Lo hizo en junio de 2012, firmando por el Granada de la Primera División, que le ofrecía 250.000 euros por campaña (en Palma su sueldo era de 48.000). Investfootball denunció al jugador por romper el contrato, pero el TAS ha sentenciado que era nulo.